Thursday, July 27, 2006

Quince Rocanroles (Volumen I)

Otra vez éramos el número de la noche. Fuimos a tocar por los tragos, por la expedición mas allá de una frontera conocida, con la esperanza de que alguna morocha nos guiñe el ojo tímido de sus quince años heridos por la impaciencia, y con nuestra propia herida expuesta cuando ninguna morocha guiñaba un ojo, ahí abajo.

Ya se entretejían las copas que chocaban cargadas de sidra Real; felicitaciones de familiares que vinieron de tan lejos y se tomaron la molestia; comentarios penetrantes de una tía Beatriz que no resistió la tentación y le dijo a su cuñada que el rojo no le quedaba bien en el pelo, arruinándole para siempre la fiesta de quince de su hija mayor, Noelia, que ya estaba camino al Cuartel de Bomberos de Florencio Varela, donde todos la esperábamos.

Indiferentes a la excitación previa de toda gran ceremonia, disponíamos los instrumentos en sus rincones, listos para blandir sus estocadas cuando nos fuera dispuesto, aun en ese terreno que parecía poco propicio a nuestros instintos. Lo sospechamos al llegar al salón, adornado con globos y guirnaldas multicolores que dejaban intuir que se trataba de una fiesta infantil, aunque los rostros dijeran lo contrario. Lo confirmamos cuando el ritmo inconfundible de una cumbia orillera comenzó a expandirse por el salón, y los cuerpos empezaron a agitarse, con las manos entrelazadas mientras giraban sobre sí mismos sin despegar las piernas del suelo.

- Cumbiaaaa!!!

Gritaba exaltado un improvisado DJ y la gente levantaba sus manos como invocando una oración pagana que todos parecían entender menos nosotros, que empezábamos a sentir pánico por los quince rocanroles que guardábamos en las cartucheras. Sólo el Peluca, que había venido a colaborar con nosotros, parecía disfrutar la noche mientras ponía sus piernas en piloto automático hasta la madrugada de esa mañana de marzo.

1 comment:

Sancho said...

Definitivamente, explotó el poeta, y no lo digo por el poema que sigue (todavía no lo leí) sino por estos dos volúmenes.