Wednesday, August 01, 2007

Tarde de Toros


El espectáculo va a comenzar. Aquella tarde calurosa en la villa, los asistentes apuran con ansiedad sus chatos de vinos porque no quieren perder ningún momento de la tarde más grande de la Semana Grande.

Tres toreros tres, se preparan a su manera. El primero Valentín, el niño de Irlanda, apura un trago de su Glenlivet. Sabe que la batalla va a ser dura pero la gloria es tan deseada como efímera. Reza a San Patricio para que su novia, al menos aquella tarde, haya tenido el coraje de verle torear. El segundo Gilgalad, el compadre de Caballito, habla con agilidad a su cuadrilla para que nada falle, los anima y les deja bien claro lo importantes que son para una buena faena, apura su pitillo mientras le colocan el traje de luces. Por último Nacho el Cordobés, está callado, concentrado quiere para sí disfrutar de la tensión de los prolegómenos, lleva tiempo vestido y se moja el pelo antes de salir al coso..

Los tres se encuentran en el pasillo, antesala de la puerta de los matadores, cuello del paseíllo más chulesco y socarrón. Como compadres, que son no necesitan mirarse para seguir el pasodoble aún no sonoro con el ritmo unísono de sus pies. Cuando la puerta se abre y el sol destella sus pupilas, sienten el nervio maravilloso del miedo que delimita el fracaso de la gloria. Ahora se miran y se repiten a perfecto coro con acento gitano andaluz “va por Dios y por ustedes”.

Seis toros seis de dos ganaderías. Los de lidia del Branzani y los toros de Fernandotti. Los Branzani son corniapretaos y por eso cortos de mira; de cuerpo barrigudo y lomo ancho para aparentar mayor peso, mohínos con pelos en el hocico, escocidos de su fatalidad; miserables y traicioneros; retintos pero agrios, los cenizos los mas agresivos. Los Fernandotti son ratoneros por botones, jaboneros por falsa adulación; hastas cornivueltas por lo que nunca se sabe donde te cornean de vuelta; enmorrillados y zancones son sus hechuras.

Son las cinco de la tarde y Valentín comienza a lidiar el primer Branzani con mucho riesgo pero gran seguridad, el foro empieza a gritar con emoción “oleeeeee” en día de fiesta, los toros van saliendo de la puerta gallola y las expectativas se colman con virtuosa maestría de los valientes. Antes de que la noche permita el descanso del guerrero, aquellos toreros salieron en forma de tríptico de una única tabla por la puerta grande.

4 comments:

Gilgalad said...

Las dos orejas para Nachete!

Sancho said...

Salú! los toros, así contados, despiertan los sentidos de un neófito servidor en estas lides.

Nachete said...

Yo también soy poco conocedor de los toros. Pero ladran Sancho¡ algunos toros Branzani

La Fiera said...

sangre, arena y glenlivet
doce pitones
tres capotes y otras tantas muletas
a estocar los Bravos
antes de que ellos nos estoquen
a nosotros

Grande nachete