Thursday, September 06, 2007

neGrológica de Luciano (con cariño)

En el día de hoy tuvimos la noticia del fallecimiento de un gran tenor: Luciano Pavarotti. Aficionado como soy a la ópera, fui siempre muy crítico del italiano. No porque cantara mal, de hecho su voz era excelente como la de cualquiera que alcanza esos niveles en la Lírica, sino más bien porque la fama de su voz estaba ensalsada por cosas que nada tienen que ver con la técnica o con la actitud, los dos componentes esenciales que debe tener un cantante.

Pavarotti es, más allá de sus propios méritos, un excelente producto de la globalización y el marketing. Aprovechemos un poco entonces este momento solemne para cebarnos en su todavía fresco cadáver.

Conocido desde largo tiempo antes de su fama intergaláctica, en los reductos facciosos de los teatros de ópera, su fama llega a la cima en un primer momento con la realización de conciertos populares para multitudes: los conciertos del Central Park, o aquel recital en Hyde Park con Michael Caine y Carlos Príncipe de Gales en primera fila.

Creo que la mayoría del público asistente entendía muy poco del tema. La exaltación le provenía principalmente de la asistencia a un evento masivo. Tomemos el caso del polo o del golf. Si organizaran un Abierto con buenos participantes en los bosques de Palermo seguramente también asistirían multitudes que probablemente nunca hayan escuchado hablar de puts ni de chuckers ni nada por el estilo.

Estos conciertos resultaban en una suerte de "hits operísticos y populares". Eran como pasarse la tarde comiendo kilos y kilos de helado de crema y chocolate. Se cantaba una selección de las mejores arias canciones populares, mayormente italianas o españolas.

Acto seguido, el segundo paso a la inmortalidad fue la organización de Los Tres Tenores, conjuntamente con Carreras y Domingo. A mi de los tres siempre me gustó más Domingo, pero hay que reconocer que el alma de ese trío fue Pavarotti.

El concierto de las Termas de Caracalla, en Roma, fue apoteótico. Pero quien tenga el CD o el DVD y se mee encima por las arias y canzonettas de Pavarotti que por favor haga el esfuerzo de prestarle atención a "No puede ser" de la zarzuela La Tabernera del Puerto, interpretada por Plácido Domingo y vean que pasa. Igual sería bueno evitar payasadas: La Vie en Rose que quede para Edith Piaff o para Charles Aznavour.

Hoy en las necrológicas chupamedísticas escuchaba sobre el gran valor de haber hecho de la Ópera un género popular. Bueno... ¡bienvenidos a la verdad! No le resto méritos a Pavarotti diciendo que la Ópera nació como un género popular y se histeriqueó tiempo después pasando a ser una cosa de las elites, sobre todo en el Nuevo Mundo.

Pero no fue Pavarotti quien la popularizó.

Enrico Carusso. Él fue quien, cuando veía que los inmigrantes italianos no podían pagar la entrada del Metropolitan, una vez terminada la presentación cantaba gratis en la calle hasta la madrugada. Caruso no se destacaba, como Pavarotti, en la dulzura de su voz, se destacaba en la dulzura, el alcance y la potencia. Fue Caruso quien en lugar de darle anillos a la protagonista le alcanzaba salchichas italianas, o que apagaba un fuego que peligrosamente se había descontrolado en el escenario, con un baldazo de agua, en plena función y sin dejar de cantar un sólo momento.

Pavarotti era dulce. ¿Dulce? Empalagosamente dulce. Rabiosamente dulce. Dulce, realmente dulce, era Bienamino Gigli, censurado en la Historia como uno de los grandes tenores de todos los tiempos por ser fascista en la época que media italia era fascista y la otra mitad era comunista. ¿Se duda de mi? Hagan el siguiente ejercicio, escuchen la canzonetta Mamma, de Cesare Andrea Bixio y Bruno Cherubini, primero por Pavarotti y después por Gigli y saquen sus propias conclusiones.

¿Técnico? Me quedo con el más técnico de todos, el gigante Alfredo Kraus a quien tuve la oportunidad de ver en su última presentación en el Teatro Colón haciendo Cuentos de Hoffman, emocionado porque al finalizar la función todo el teatro le cantó el Feliz Cumpleaños.

Algunas decenas de tenores que no tuvieron la oportunidad de ser populares pero lo hubieran sido de contar con los medios y el marketing fueron tan buenos o mejores como Luciano Pavarotti: Plácido Domingo, Franco Corelli, Jussi Björling, José Carreras, Jon Vickers entre ellos.

Lo que más rescato de Pavarotti aparte de su voz es su obra de caridad. No le puedo pedir más. Siempre fue bastante fanfarrón pero al menos en este punto trataba, como el mismo decía, de no figurar en las fotos.

Igualmente Maestro, Abbia una buona corsa.

7 comments:

La Fiera said...

Vos sos un eltista del canto lírico. No te gusta que salgan los tenores a embarrarse entre la masa sudorosa como auténticos peronistas. Yo al gordo lo banco, porque le dió Nessum Dorma al verdulero de la esquina que no puede ir al Colón. Para mi es como Luis Alte Brown, llegó a la masa, te llenó un River, un Luna.

Aguante Luciano loco, canten carajo!! Griten putos!! O soleeee miooooo, Vaaamooo!!! Sta fronte a teeeee... Vamos la concha de su hermana, parecen estatuas. Y dale gordo, dale, dale, gordo!!

Gilgalad said...

Nanananananana... yo no soy ningún gorilón.

Ojo: Tampoco soy de la opción peronista de "Motocross en el Colón", era un excelente tenor, lo único que digo es que tuvo mucha suerte.

La Fiera said...

Una pena que el gordo ya no pueda entonar O sole Mio en el gimnasio cubierto de Caseros, Capital Nacional del Deporte, Intendencia Hugo Omar Curto. El conurbano lamentará por siempre su infausta ausencia.

Sancho said...

Yo en cambio, soy un gorilón y sin embargo no tengo mayores críticas para el gordo. Porque lo único que manyo en esta cuestión de la lírica es nessum Dorma, y o sole mío. A lo mejor... ¡soy el gorilón cabeza!!! Che: Motocross en el Colón me gusta eh... ojo al piojo.
Eso sí: Fito Paez y Ceratti no. Ni en el Colón ni en la casa de la cultura de Catamarca.

Nachete said...

yo no tengo ni idea de Opera, pero es increible como estoy de acuerdo con lo que dice Gigal.

De todas formas y por mi desconocimientos, a mi siempre me pareció muy agradable escuchar a Pavarotti, porque sin ser el mejor para ciertas arias su tono y timbre era el mas bello.

Pero tecnicamente creo que podría haber mas de diez contemporáneos y cientos en total.

Sobre Kraus, es increible siempre me ha emocionado escuchar su perfección.

La Fiera said...

ole ole ole oleeeee
gordooooo, gordoooo

mama yo quierooo
mama yo quierooo
que cante el gordo
y todo el año es carnaval

Nachete said...

Fiera, dejá el Glenlivet

;-)