Declaración del policía interrogado por el oficial del Kebiishi:
--¿Quién es el hombre que arresté? Es el famoso bandolero Tajömaru. Cuando procedí, él había caído del caballo, y gemía echado sobre el puente de Awataguchi. ¿Cuándo? Fue en las primeras horas de anoche. Recuerdo que aquella otra vez en que fracasé al intentar arrestarlo, también llevaba ese kimono azul y esa larga katana. Esta vez, como ustedes ven, lleva además arco y flechas. ¡Ah! ... ¿De modo que el arco y las flechas son iguales a los del muerto? Entonces es seguro que este Tajömaru es el asesino. El arco enfundado en cuero, la aljaba negra y las diecisiete flechas de pluma de halcón, seguramente eran del samuraí. Sí; el caballo era, como usted dice, un alazán de finas crines. Pastaba cerca del puente, con las riendas sueltas. Seguramente por una ironía del destino, Tajömaru fue arrojado por el mismo caballo que robó.
Este Tajömaru es el mujeriego más famoso entre los bandidos que merodean por la capital. El año pasado una creyente y su criada fueron asesinadas en un monte, detrás de la estatua de Píndola del Templo Toribe, y se rumoreó que había sido obra de este bandido. Si es Tajömaru el asesino del samuraí, vaya uno a saber qué ha sido de la dueña del alazán.Si se me permite una palabra, sugiero la conveniencia de averiguar la suerte que corrió la dama.
--¿Quién es el hombre que arresté? Es el famoso bandolero Tajömaru. Cuando procedí, él había caído del caballo, y gemía echado sobre el puente de Awataguchi. ¿Cuándo? Fue en las primeras horas de anoche. Recuerdo que aquella otra vez en que fracasé al intentar arrestarlo, también llevaba ese kimono azul y esa larga katana. Esta vez, como ustedes ven, lleva además arco y flechas. ¡Ah! ... ¿De modo que el arco y las flechas son iguales a los del muerto? Entonces es seguro que este Tajömaru es el asesino. El arco enfundado en cuero, la aljaba negra y las diecisiete flechas de pluma de halcón, seguramente eran del samuraí. Sí; el caballo era, como usted dice, un alazán de finas crines. Pastaba cerca del puente, con las riendas sueltas. Seguramente por una ironía del destino, Tajömaru fue arrojado por el mismo caballo que robó.
Este Tajömaru es el mujeriego más famoso entre los bandidos que merodean por la capital. El año pasado una creyente y su criada fueron asesinadas en un monte, detrás de la estatua de Píndola del Templo Toribe, y se rumoreó que había sido obra de este bandido. Si es Tajömaru el asesino del samuraí, vaya uno a saber qué ha sido de la dueña del alazán.Si se me permite una palabra, sugiero la conveniencia de averiguar la suerte que corrió la dama.
No comments:
Post a Comment