Tuesday, May 20, 2008

en este tren de clasisismo

debe ser tomado este escrito que por cierto es bastante pedorro pero no tiene mayor intención que hacer sonreir al lector (aunque por ahí es muy pretencioso hasta para ello). La última estrofa es un robo literal a un episodio de Buggs Bunny.

¡A galopar!
que suene el tucutún de los cascos
hasta que se astillen
y qué se abran el caballo
y las piernas de Elena de Troya.

¡A galopar!
que vuelen las crines como espigas
hasta que las marcas en la arena sean imborrables
y los aqueos de hermosas grebas
rompan el sopor producido por la literatura clásica.

¡A galopar!
arrastrando las armas de los vencidos
hasta que el sonido del hierro abollado convoque una denuncia policial
por ruidos molestos, perturbación del orden, y resistencia a la autoridad
en estado de ebriedad dionisíaca.

¡A galopar!
que los mirmidones no se despeguen de la silla
hasta que nos duela el culo como a Patroclo
por el amor de Aquiles que transita
de la cólera a la ira con desparpajo propio de kirchnerista.

¡A galopar!
que los aqueos no se duerman en sus barcos ridículos
hasta que se le caigan de la cabeza
los cuernos que Elena le puso a Menelao
finalmente Paris, de mujer pasó a ser pata de lana.

¡Ya ha venido! ¡Ya ha venido!
que las campanas suenen y vuelen las palomas
soy vuestro amigo.
Parece mentira pero es cierto.
¡Ya he venido! ¡Ya he venido!

4 comments:

Sancho said...

Gilga, esto más que un poema tiene las buenas caracterìsticas dinámicas de una letra de canción: ritmo y galope; signifado y significante taloneados con brio. Me gusta. Especialmente porque así como no suelen gustarme los poemas musicalizados, veo aquí un contubernio de palabras que nació para ser canción galopante, acaso un poco oscura pero marchosa, a lo Cave agitado.

Gilgalad said...

es una garcha, pero algo divertido tiene.

en realidad me hizo gracia un comentario de Marco Antonio en Roma, cuando le dice a Cleopatra o a alguien que "aunque cogiera como la mismísima Helena de Troya" no iba a reconocer a Cesarión. De ahí salió la idea, como para putear un poco a Helena de Troya, o agradecerle, ya que por los cuernos que le puso a Menaleo tuvimos algo tan digno como la guerra troyana.

igual el escrito me hace gracia pero es un desastre.

La Fiera said...

Yo compro la elegía griega. Me gusta.

Alguna referencia muy actual me parece que le quita un brillo que evidentemente se pretende esquivar. De todas formas la referencia kirchnerista la obviaria.

A galopar que se nos vienen los tártaros...

El guardian de la maldita ota said...

elegias, tristes poemas griegos, lamentos, ingeniosas salidas de viejita de Marco Antonio, paparruchas!!
A mi, lo que me intriga hasta sacarme el suenio, es en que capitulo de Bugs esta la frase esa!!!!