Sunday, May 18, 2008

¿Qué hora es?


Es hora de seguir
esta transformación fantástica
que nos amocasina
con amor de ballena
hacia la última
encarnación:
matambre y mortadela.
Hora de cena show
y dentadura blanca.
y seminario de tendencias.
Hora de compartir
todo, menos el auto,
la heladera,
la casa,
la mujer,
el peine,
el plato,
el vaso.
¿Qué hora es?
Es hora de que suceda algo terrible.
La hora de los hornos, la hora de la espada, la hora D.
Y después de hora,
hora de arrepentirse.
Hora triste de gas en la ciudad
Y humo en el campo.
Hora sin siesta.
Hora sorda, hora rota,
horadada;
hora en que ella dice:
“Él sí sabía odiar;
odiaba su hora”
Es la mala hora
de las historias
que no pueden terminar bien.
¿Qué hora es?
Es hora de explicar
que quien cura miente.
Hora clave de esclavos y lacayos.
“Ha llegado tu hora kid”
¿Qué hora es?
Es hora de recuperar
el gusto lento con que nadabas
de una música a otra
cuando eras animal de agua.
Hora de que te sumerjas.
Hora libre
Oremos.

4 comments:

Gilgalad said...

Sancho... como siempre lo más. El lenguaje está hilado con una composición de estaño y roble que no deja en ningún momento la música y no para de seducir.

Hay algunas palabras que a mi me gustan en los poemas, ballena por ejemplo (hay un poema fabuloso creo que de Walt Whitman sobre las ballenas) y otras como Mortadela que son un hallazgo sonoro.

Y me encantó la letanía repetida de hora hora hora hasta la llegada a la iglesia (que es un buen remate pero a lo mejor el esperado)

A la hora de enumerar películas te faltó un clásico del western "A la hora señalada" que fue la primer película tiempo real.

Me encantó. Alucinante.

Maro said...

Sancho, afortunadamente también es la hora de compartir tu poesía.
Y tu poesía me gusta.
Concozo las capas que se superponen carne sobre carne, y conozco el sordo repique con el que marcha el tambor de Waits.
Me parece muy interesante la manera en que tratás el lenguaje. En una baldosa hacés que las palabras disparen diversos significados al unísono. Lo hacés, por ejemplo, en este caso: "horadada" - "hora dada" .
Coincido con el poeta, amigo, y comentarista Galad; en que hay ciertas palabras que incluidas en los poemas adquieren una belleza particular, y "ballena" es una de ellas. "Con amor de ballena" me cierra con doble candado, aunque no conozco de qué manera aman los mamíferos más grandes del planeta.
Digo también que me gusta el tobogán de las enumeraciones sanchezcas. Tobogán, o escalera que se baja al trote; y en mi caso, con ganas de reconocer en qué peldaño acecha el desparpajo. Y ahí está "el peine", que como otras tantas cosas tampoco se comparte.
Es hora libre, dice la voz del poeta; y dice que oremos.
Es que acaso... existe alternativa?
Oremos, oremos. Puede que así, quizá, confundamos el rastro de las horas.

Homero Beltrán said...

Sancho, adhiero al galad. Lo que más valoro es cómo utilizás el lenguaje coloquial, desentendiéndolo del costumbrismo chato y autoconformista, como suele suceder (en prosa, Fontanarrosa, algún Soriano).
También, las gambetas a los lugares comunes, pese a la valiente necesidad de acercarte a referencias conocidas (Hora clave, La hora de los hornos).
Partiendo de ahí, el contenido. O el contenido que también se hace mensaje, como diría el semiólogo canadiense.
Me parece que de eso se trata todo esto, y no de otra cosa.

La Fiera said...

Pura poesía de pescadores.

No se puede agregar nada más a los sólidos comentarios vertidos por los distinguidos hombres de la pesca vernácula.

Gracias por rock.