Monday, September 01, 2008

A propósito del ombligo


Por estos días estuve leyendo blogs. Para ser más exacto, estuve reencontrándome con algunos blogs que leo siempre; o sea, poniéndome al día.
Así fue como me descubrí: soy un lector de autores dentro de los blogs. Me gusta este o aquel que escriben en tal o cual blog. Y estos autores, en general, escriben dentro del contexto de un blog con ánimo común, como podría ser Pescadores.
Alguna mente práctica me podría decir que lo que prefiero es la marca de autor. Sí, pero no necesariamente eso se identifica con lo que es blog personal, diría todo lo contrario. Debo reconocer que estos blogs –los de autor o personales- tienen más gancho: la autoindulgencia y el anecdotario cotidiano, cuestiones que tienen hoy tanto predicamento en la literatura como en la radio (en esta última ya cansan las autorrefernecias de los pequeños fracasos de los exitosos; quienes tal vez quieran expiar alguna culpa: ¿culpa de qué?: ¡vuelvan al psicoanálisis o, mejor dicho sigan, con el psicoanálisis!). Además, leerlos es como robarle el diario personal a alguien. Y eso está buenísimo, pero de tan fácil y divertido se nos pasa algo: que muchas veces, la mayoría, quedan en la anécdota. Vamos. Todos somos interesantes, y mientras más gris seamos, más interesante puede llegar a ser lo que nos pase interiormente, por lo menos desde el contraste. Algo que suele ser una suerte de elogio a lo freak.
Insisto, con estos blogs personales te cansás rápido. En general –hay excepciones-, no tienen sustancia, porque esas reflexiones robadas vulgarmente de los guiones de películas de Tarantino o de la Gran Sainfield, pronto comienzan a girar en falso. Y nos damos cuenta: cuánto (sorry la cacofonía) tiempo perdí leyendo esta boludés. Suenan repetidos y aburridos desde su originalidad: ej.: discusiones estériles en un negocio, parafraseando a la libra de queso de Trabolta en el Mc Donalds. Actúan como la venganza del anónimo de lo que nos pasó, en formato blog.
Mi voto entonces por desentrañar y descubrir autores dentro de los blogs; autores que no se miran el ombligo sintiéndose originales. Sino, que desde una intencionalidad honesta buscan dejarnos algo, aunque sea rabia, pero sobre todo una comunión de sentimientos, aunque para ello tengan que referir a lo cotidiano (no basarse en lo cotidiano, que es muy distinto).
Desde este lado del mostrador (esporádico participante de Pescadores), me parece estimulante la obligación de no desentonar dentro de este tipo intencionalidades, las nuestras: el box, los placeres, la literatura, la música, el alcohol, la buena mesa, la tradición campera, las costumbres en desuso, los ritos sinrazón, los perdedores que son ganadores en serio; siempre mediante esos vasos comunicantes que son el arte y la reflexión, de los cuales no está exento el humor ni la buena solemnidad de etiqueta, que le rasguña algo a la nostalgia.
A alguno le podrá gustar más o menos el tono o registro de Galga, Sancho, Guardián, Fiera, Nachete, Maro (sorry, me olvido de algunos, seguro), no todos somos interesantes aquí para todos, y menos para todos los circunstanciales internautas. Pero algunos deben tener hinchada (yo soy hincha de algunos de ellos), y todos (ya sé, repetí esta palabra varias veces) tienen una vara invisible y alta, que con generosidad nos eleva al resto.
Me parece que no es fundamental emanciparse en el blog. Interesa crear algo con compañeros de ruta (que en muchos casos no conoce personalmente).
Aquí o en otros formatos, tal vez algunos encuentren un camino de distinción o reconocimiento más masivo o consagratorio (algunos ya lo cuentan entre las plumas pescadoras). Lo seguro, aquí honestidad no ha de faltar. ¡Jamás por el camino fácil y tramposo, antes que eso el silencio!
Si algo nos podría criticar es la buena predisposición al compañero de ruta. Más de una vez no escribí algo de algún texto que me gustaba, y por eso me sentí culpable (no debería haberme sentido así). O, al contrario, también he escrito elogios protocolares. No me ofendo si desde los comentarios también me hacen subir la vara (“Che, qué solemne”, por ejemplo). Salutes.

7 comments:

Sancho said...

Yo no soy muy lector de blogs.Nunca pensé que consistían en eso que vos contás de la autoindulgencia y diario personal; en tal caso, comparto con vos que deben ser una cagada, porque no hay nada más aburrido que la vida y reflexiones de uno y su cotidianeidad. Lo lindo es el disparate, el viaje, la ficción, la anomalía, la reunión beoda, el sinsentido, la contradicción. El estilo ensayístico lógico me pudre en cualquiera de sus variantes. Con relación a Pescadores, acuerdo totalmente en que todos tenemos "una vara invisible y alta, que con generosidad nos eleva al resto." Y ya que tirás de la punta del ovillo, aprovecho: es la oportunidad de recordar que Astor fue el primero y el único (creo) que en algún momento aportó críticas y no solamente elogios. Iré al grano: ya nos elogiamos mucho.Bastante. Demasiado. Propongo un cambio brutal, un renacimiento: seamos pescadores más críticos. Críticos de verdad. No con la teoría, obviamente, sino con la tiranía del gusto personal. No son necesarios argumentos. Basta con decir, me gusta este tramo, pero no tal otro, tal palabra me suena fresca, tal otra remanida, y así, sucesiva, implacablemente... Creo que un poco de rudeza constructiva nos puede ayudar a afilar la pluma.
Mi propuesta es: paremos con la exclusiva caricia y felicitación.Que venga algo conflictivo también es bueno. Sino, vamos a terminar pareciendo un blog Truman. El otro día lo descurtizaron a Nachete en el plano musical. Pero en realidad ahí no había nada que Nachete pudiera cambiar, salvo de banda preferida. Me refiero a jugarse por la producción de cada uno. Todos somos medianamente buenos, pero algo para corregirnos, seguramente tenemos; seamos positivamente crìticos. Si un amigo insiste en ponerse una corbata siniestramente amarillo-dorado como yo, es obligación de otro amigo (como Serrano, en este caso) el señalarle con saña tan desagradable costumbre hasta que ceje en su siniestro vicio. O no. O puede que el vicioso persista. Es cosa suya. Pero un camarada habrá cumplido con su deber. Seguramante en nuestros escritos habrán de darse situaciones homólogas que es nuestra responsabilidad atender en cumplimiento de lo pescador y lo patriotico.

Gilgalad said...

Las dos cosas están como relacionadas no? Nos está ganando el espíritu contrarevolucionario en tanto elogio. Habría que hacer otra revolución cultural y desfilar con bonetes con orejas de burro y someterse a la crítica de los jóvenes, como recomienda Sancho.

Tengo una dificultad práctica. La mayoría de las veces no tengo qué criticar. Las críticas por errores gramaticales u ortográficos me parecen vacías de contenido y las que tienen contenido me parecen completamente subjetivas. Y en algunos casos no encuentro nada que decir pero me hace sentir culpable no decir nada positivo cuando realmente me gusta lo que leo.

Pero sin dudas lo positivo a esta altura ya me suena como soso. Como no creible o que no aporta.

Digo que es dificil alcanzar también la crítica despiadada. No se trata de destrozar algo y punto porque destrozar tampoco es fácil y también exige una gimnasia fuerte.

Y de última lo que dudo es que el elogio barato es una forma de escaparle a la gimnasia, tanto a la de escribir como a la de criticar.

En fin.

Sancho said...

Bueno, a veces es cierto que uno no encuentra nada que criticar en negativo. Pero creo que si se busca el pelo al huevo se encuentra algo que, por ejemplo, a uno le hubiese gustado más de otra manera. Y sino, no importa, y sigamos elogiándonos. Yo lo dije básicamente por mí: me vendría bien que me señalen algo para cambiar, especialmente en narraciones, que es el territorio donde me siento más flojo. O sea, es donde encuentro que la cosa no va, y no me puedo dar bien cuenta por qué. No sé qué le pasa al resto.

La Fiera said...

En primer lugar, debo señalar que el opúsculo del querido Astor revaloriza una máxima doliniana que siempre me resultó muy efectiva: "Es mejor perder un partido jugando con los amigos, que ganar con un grupito de impresentables"

Dicho esto, debo decir que creo ser bastante objetivo en las consideraciones. En general, mas que criticar, me parece que los textos disparan reflexiones, como flechas que se dirigen al blanco zen. Criticar está bien, cuando no nos gusta lo que hay para comer, pero, en general, los platos que sirven los pescadores tienen altos niveles de nutrición para el resto de los pescadores. Por eso, entre tanto farolito dando vueltas por la internete, nosotros vinimos a caer en este, el de la esquina donde nuestras vidas se encontraron.

En el resto de los blogs buceo poco, en general me pierdo porque ando sin linterna y no encuentro amigos. Literariamente podrá ser condenable, pero prefiero la literatura de café a la de los iracundos hijos de la excelsa cultura. Porque yo lo banco a Luis Almirante Brown desde que jugaba en la séptima división.

La Fiera said...

Y aparte otra cosa, diria Chilavert. Cuando le preguntaron a García Márquez porqué escribía, Gabo contestó: "Escribo para que me quieran más mis amigos". Y para mi, esa es la única explicación de la literatura. A lo sumo se le podría agregar "y para que me den bola las chicas"

Nachete said...

no puedo dejar de elogiar tu propuesta de crítica¡¡¡ amigo Sancho

genial sublime unico¡¡¡¡

jaja

Nachete said...

Además, yo personalmente no me veo capaz de criticar negativamente en el 99% de los casos escritos que no pudiera haber escrito así. Lo digo de corazón y cerebro.

Pero bueno lo intentaré