llena de cuchillos y tablas
con heladera y cocina industrial.
Derecho a mi moulin à noix de muscade
a mi pimentero cabezón, al olor de la sal marina.
Tengo derecho a mi horno empotrado
al delantal y a mi gorro blanco
al chino, al deshuesador
a los moldes para Petatou o a la tenaza para abrir ostras.
Y también a las ostras.
Exijo mi primogenitura en el cucharón estirado de los caldos
en un demi-glace de cuarenta horas.
Ni ebrio dejaría de lado un buen fumet por la comodidad
de tirar las coquille Saint-Jacques,
la delicia de los hombres del mar y de la costa.
Me conmueve más un bouquet garni que un ramo de fresias
y una bolsa de piñones que las pepitas de oro de los viejos westerns.
Yo quiero comida, señores,
quiero atiborrarme de foie gras, de filet y de entrecôtes
trufas negras y beurre blanc
champagne o vino o whisky
y de los quesos, madre mía,
de los quesos.
Wednesday, November 05, 2008
Tengo derecho a una vida mejor
Publicado por Gilgalad en 6:10 AM
Etiquetas: Poemas de las hornallas
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4 comments:
Lo que se dice, una atildada declaración de principios. Me quedo pensando sobre qué lugar tendrían para vos ellas (sí, ellas), a quienes no mencionás ni potenciando ni contrastando vuestros culinarios gustos.
Ellas no pertenecen a este ámbito. Tienen lugar en otros ámbitos.
"Otras voces, otros ámbitos", como titulaba Capote.
Yo también, siempre digo que tengo derecho a una cocina mejor!! ;)
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