Los limitados vasos del Gentlemen Raiders
son como una reunión llena de sandwiches y gaseosas
pero con una sola botella de scotch para compartir entre veinte.
Resultan tan tristes como los últimos minutos antes del amanecer.
Sentir que se acaba la noche y se acaba el amor,
el tocar con disimuloso dedo la piel, los oídos, las mejillas
el entornar los ojos en la mugre del Bar del Oeste
donde los vasos son generosos y profundos
y azules y tristes y amables.
Rozar los vestidos sueltos, las entreabiertas camisas de raso,
pasar la mano por varias caderas y reir a borbotones
dentro del fondo del vaso de whisky.
Conjurar por infinitivos
amar y beber y morir.
Hay otro bar en Medrano y Humahuaca
donde los vasos también son profundos y el scotch es malo
donde los borrachos se juntan y no me conocen
y no se conocen;
donde el alcohol es grueso
y los vasos son generosos como piñatas,
y en el televisor está fijo el box o el automovilismo.
Donde hasta los tubos fluorecentes son amigables
y las bandejas son de aluminio
los tragos vienen con cuello y yapa
y el perfume barato de las putas
llena hasta la nariz más ajustada.
No como los limitados vasos del Gentlemen Raiders
cinta negra en el cuello
escaso oxígeno, zapatos ajustados
colonia 4711 y tristeza
como compartiendo una botella de scotch entre veinte.
Como la noche muriendo.
Thursday, February 12, 2009
Tristezas del Gentlemen Raiders
Publicado por Gilgalad en 6:46 AM
Etiquetas: Por alcohol al arte
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4 comments:
Where is the Gentlemen Raiders?
El de humahuaca y medrano, a escasos metros de donde vivía un amigo que ahora anda por España. Ese bar, cada dos años cambia de dueño y siempre fracasa, pero lo que además del televisor en sintonía se mantiene, son las sillas de caño negro finiiiito y tapicado escaso de goma espuma y de textura floreada. Sin pretenciones, allí está su encanto como sus limitaciones.
Una botella para veinte o como lidiar entre la avaricia hedonista y la nobleza de espíritu generoso, que comparte.
El Gentlemen Raiders para que te des una idea es una suerte de mezcla entre el Jockey y el Casino Trilenium.
Celebro este nuevo ataque poètico contra la mesura. Me gusta además su recorrido porteño, y en especial un pasaje: "donde los vasos son generosos y profundos/
y azules y tristes y amables." y el otro: "donde el alcohol es grueso/ y los vasos son generosos como piñatas"
que lindo galad, me gusto como me gustaría un vaso de whisky ahora mismo antes de dormirme en corrientes porá
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