Thursday, October 13, 2011

Big Sur



Hay un puente en Bixby
que se traga el acantilado.
Lo camino de ida y de vuelta
-cuarenta y ocho veces de ida
cuarenta y siete de vuelta-
tan solo para ver los autos estrellados
que echan óxido por el tubo, por las ventanas,
que echan iodo y salitre, espuma y nubes.
Un colectivo viejo con llantas amarillas
hace de bar.
Porque en Big Sur todo resulta incomprensible.
Hay árboles que crecen de arriba hacia abajo
y gritan
en susurros.
Hay zorros de scank
mariposas turquesas y piedras con alas.
En Big Sur a veces se echan de menos las borracheras, las drogas y las vaginas
las langostas y el smog.
Pero si se mira con atención uno se detiene en los colores,
en los gatos y en las hamacas;
en la botella de ginebra que siempre se esconde para hacer frente a las necesidades
a la soledad
al amor
al desamor
a la filiación
al servicio militar
al desengaño
del bus que ya pasó y no vuelve
hasta mañana.
Hay un amigo llamado Lawrence
que tiene una casa a la que nunca va
y unos desconocidos sin nombre que, en cambio, van siempre.
Hay un puente en Bixby que se traga el acantilado.
En Big Sur el aire huele como a anís
y yo recuerdo
como borroso, como hace tiempo, como con memoria de ratón
unas flores amarillas
y una bufanda colgada
en la rama de un árbol.

2 comments:

El guardian de la maldita ota said...

ah, que Kerouac es todo esto, que gran libro Big Sur, muy bien amigo, disfrute mucho leyendo el libro y tu post.

Gilgalad said...

Brother me acordé de vos cuando lo escribía. Yo también disfruté mucho ese libro.