Fue entonces cuando la Sardina fue llevada al espíritu del Desierto
para ser tentada.
Cuarenta cantamañanas ayunó la Sardina
y luego tuvo sed.
Vino el tentador hasta la Sardina y le dijo: Si eres hija del Mar manda a esta arena que se transforme en sal.-
La Sardina respondió: Escrito está. No sólo de sal vive el hombre sino también del ruido de las olas al romper.-
Entonces el pescador la llevó a lo alto de una ciudad, a lo alto del templo mayor de esa ciudad y le dijo: Échate abajo porque escrito está que mandará el Mar a sus peces y ellos te sostendrán.-
La Sardina le dijo: Escrito está también que si el Mar quiere, se tragará ciudades y templos. ¿Para qué echarse si el Mar está en todas partes?-
Otra vez llevó el pescador a la Sardina a un monte muy alto y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos y le dijo: Esto todo te daré si te adoras para postrarme.-
Entonces la Sardina respondió: Vete pescador, porque escrito está: Al Mar adorarás y sólo él te postrará.
Así el Pescador la dejó en paz y vinieron peces, cientos de peces al Desierto
que se llenó de flores.
Lleno estaba de flores.
5 comments:
a su modo, la sardina habla de la idolatría; que temita, la idolatría.
cuando la palabra de la sardina suena, quiero estar ahí.
Che, no entiendo esta adaptación de las tentaciones de Cristo...
Cristo?
La Sardina es la VERDAD, lo demas, fabulas judeocristianas.
La sardina omina, aun sin ser ominosa. La sardina presagia un despeñadero de ambiguedades que habrán de rodar, desconcertando. Lo hará a tontas y a locas, y a bobas y a displicentes.
a tontas y a locas??
esas son las más faciles (Les Luthiers)
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