Thursday, June 15, 2006

pescadores anonimos

Canción del borracho tardío

Dime por donde me voy
ya no puedo ni caminar
me tomé un par de copas de más
y el mareo no esperó

No puedo ya ni andar
no puedo ni caminar
me tomé un par de copas sin reir ni pensar
y el mareo no esperó

¿Por donde caminar?
no puedo ya ni andar
me tomé un par de copas sin cambiarme de bar
y el mareo no esperó.

Friday, June 09, 2006

Spanish ladies

Farewell and adieu unto you Spanish ladies,
Farewell and adieu to you ladies of Spain;
For it's we've received orders for to sail for old England,
But we hope very soon we shall see you again.

We'll rant and we'll roar like true British sailors,
We'll rant and we'll roar across the salt seas,
Until we strike soundings in the Channel of old England,
From Ushant to Scilly is thirty-five leagues.

Then we hove our ship to the wind at sou'-west, my boys,
We hove our ship to our soundings for to see;
So we rounded and sounded, and got forty-five fathoms,
We squared our main yard, up channel steered we.

Now the first land we made it is called the Deadman,
Then Ram Head off Plymouth, Start, Portland and Wight;
We sailed by Beachy, by Fairlee and Dungeness,
Until we came abreast of the South Foreland Light.

Then the signal was made for the grand fleet for to anchor,
All in the downs that night for to meet;
Then it's stand by your stoppers, see clear your shank-painters,
Haul all your clew garnets, stick out tacks and sheets.

Now let every man toss off a full bumper,
And let every man toss off a full bowl;
And we'll drink and be merry and drown melancholy,
Singing, here's a good health to all true-hearted souls.

Sol y amarillo

Y pasaban temporadas de desierto, años de desierto, litros de desierto, cuarenta minutos de desierto. El auto era una pulga. Pasó por el puente Allenby, cerrado con la guerra, pero repleto de gente, gente como llena de tela, como apasionada por tanta tela que los hacía gritar en un mercado tan versátil que sólo requería tela y presencia.

El puente se abría de la ruta hacia la izquierda a medida que el auto corría hacia el Sur. Entró, vió y salió. Nada de Vince y sólo un poco de alcohol. Unos kilómetros más allá, imposible de saber cuantos entre tanto desierto, se abría otra ruta. Frontera. Papeles. Buena educación y decenas de taxis vacíos y con ganas de gente.

Pasó. Negociaba con uno de los miles, se llamaba Abdul o por lo menos su cara respondía al nombre. Había olor a menta, mucha menta. Y agua caliente.

Abdul era un héroe. Se había casado a los 14. Arreglo familiar. Igual se amaban. Ahora tenía 19 años y cinco hijos. Trabajaba como un chino. Un genio Abdul. Un sobreviviente.

Combi y mercado. Enfiló hacia Jericó y palmeras y desierto otra vez, aunque nunca se habían ido. El paisaje era rico, pero sin un centavo, con intensidad de lo que hay que ver, con la calidez de una marquesina. Palmeras en fila, roca y arena. Roca y arena, palmeras en fila. Palmeras en fila, roca y arena. Roca y arena, palmeras en fila. Aparecen unos ranchos de adobe y de golpe empieza la ciudad. Como Rosario, que viniendo por la autopista de golpe empieza.

El cartel decía: "Bienvenido a Jericó. La ciudad más antigua de la Tierra. Fundación estimada: 10.000 AC.

Exacto.