Sunday, May 16, 2010

Amanecer Rojo en Tailandia



Tailandia está dividida y se desangra. La democracia trajo en este siglo un gobernador populista llamado Taskin. Ganó porque era la gran esperanza de progreso de los olvidados del Este de Tailandia. Aquellos hombres del campo que trabajan por un euro en el arroz.

Pero a la vez los hombres del Este (Isam) supone la mitad de los habitantes de Siam. Son los grandes responsables de la cultura Tailandesa: La música, el cine, la tradición y la gastronomía del país de la sonrisa viene en su mayor parte de ellos.

Taskin era un Jesús Gil y Gil organizado. Pero demasiado ego, no está bien visto en un país donde tienen un admirado Monarca Rama IX. El Rey ha transmitido y ha sido el gobernador social y espiritual de este país por meritos propios; ni siquiera Thaksin puede hacerle sombra a un ya anciano Monarca. Ese fue el gran error de Taskin, la democracia te da votos y capacidad ejecutiva, no el liderazgo moral de una población.

La aristocracia Tailandesa se quería cargar a Taskin y lo tuvo fácil, porque los populistas dominadores de los medios (Taskin parecía Ciudadano Kane) suelen tener casos de corrupción a sus espaldas. El, como era de esperar los tenía.

Pero para los hombres de Isam, Taskin era su única esperanza. Taskin es revocado en un golpe de estado en el 2006. Se convocan elecciones y vuelve a ganar claramente el partido de Taskin con otro líder, Como decía para los hombres de Isam, era su única esperanza.

Los amarillos no quieren a los rojos (los hombres de Isam) y empiezan a protestar, a bloquear los aeropuertos, a sumir a Tailandia en la catástrofe. Echan al partido de Taskin de nuevo con al increíble excusa de que salía el presidente en un programa de cocina (sic). Pone de presidente a un amarillo. Un autocrata joven educado en Oxford.

Los hombres de rojo se revelan y protestan hace mas de dos mesesen la llamada marcha roja de Bangkok (200.000 personas). Pero todo degenera, no consiguen nada pero se matienen mas de los esperado. Después ya no saben ni lo que quieren, los 10.000 que quedan se sienten mártires y no se van a ir. Por eso hoy la situación es que están atrincherados en 3 kilómetros cuadrados de la ciudad (que como está cerca de las embajadas tiene mas notoriedad) y el ejercito los está rodeando.


Quiero hacer un parentesis por lo alarmista de algunos corresponsales. Los periódicos extranjeros dan información parcial, que es altamente peligrosa. La ciudad hace vida normal menos en aquella importantisima arteria; pero fuera de esa zona nadie corre peligro.

Algunos quieren dialogar, otros no; el gobierno dice que demasiado tarde, no deja que venga la ONU. La cruz roja quiere sacar a los niños y mujeres de la zona roja. Mañana puede terminar la historia o dejar un brote de imposible solución.


No entiendo al gobierno porque no quiere mediadores, no entiendo a los manifestantes porque no aceptaron el adelanto de elecciones; ambos parecen no querer dialogar, y quizá deseos ocultos de parcela de poder subyace en todo esto.

Este país y sus gentes no se merecen una democracia tan inmadura.

Tuesday, May 11, 2010

Éramos cinco solos,

en bar de compañía.
Dos en la barra, tiñiendo la corriente.
En las mesas, el viejo, el turista perdido,
yo y mi vaso.
Nos unía evitar
la alegría furiosa, obligatoria,
que desfilaba fuera.
“La realidad –decía el viejo a nadie–
es como una mina,
hay que ignorarla; mirar para otro lado,
prenderse un pucho
y no darle pelota,
vas a ver: ella solita, después te viene al pie”
Aunque la hueste de guirnaldas
llegaba a nuestras sillas con esa rabia cierta,
puntual, amplificada.
Dos tomábamos whisky hasta el milenio.
Y no hubo nada peor a que una noche de esas
dijeran que ya cierran;
ahí te piden que pagues,
que te rajes y arregles
tus cuentas milenarias con el sólido mundo,
bautismal realidad, que ahí te escupen:
ya realidad sos vos, todo encarnado en ella,
y no hay viejo que valga.
Por los que escriben cartas a los diarios,
acumulan sus fotos y aparatitos nuevos,
se acuerdan de los nombres de todos los lugares,
que corresponde visitar en el turismo,
administran plomizo el escenario,
tienen causas, certezas, convicciones,
celebran reencontrarse en fiestas de egresados,
burocratizan pulsos,
soban sus aburridas cuestiones culturales
porque jamás salieron transformados
de un libro, una canción, un vaso;
por todos esos chatos
purgamos la rompiente,
hasta que pasa,
y un día luminoso
cagamos realidad
tiramos la cadena
y allá va
acá viene
la movida del juego.