Monday, April 10, 2017

Inteligencia

Salió del corazón rompiendo las costillas
que despuntaron la carne
y abrieron una tumba roja a un costado del pecho.
Parió un cuervo en ese corazón.
Un cuervo.
Que creció junto al ventrículo y se hizo un lugar a empujones de órganos.
Creció los nueve meses. O lo que tardan los bebés cuervos en nacer.
Y se abrió paso a picotazo limpio, a herida pura.
Se abrió como un grito
que jamás es prudente.
Y dejó un revoltijo de plumas negras y vísceras y pedazos de carne
de lunas y de sal.

Y sí, fue una carnicería.

Pero así son las ideas.