Saturday, June 27, 2009
Un lugar perdido en el mundo - Luang Prabang
Publicado por Nachete en 10:30 AM 4 comentarios
Thursday, June 25, 2009
Los últimos días son de descanso.
Si la tierra guarda una cama
y las copas elaboran suficiente espuma,
sería razonable brindar con la botella sobrante de la liturgia
a expensas del cura y de la Iglesia.
Repetir la habitual ceremonia del vaciado
de la palmada, la carcajada y el canto.
Rapiñar semejante derroche de acústica
dedicado a tanto hueso sacro, a tanto desorejado sin jugo.
Cantar hasta tragarse una tormenta,
vocalizando truenos hasta que duela
y que la percusión la pongan los cristales a costa de su propia integridad
y a riesgo de muchos.
Beberse el cielo norturno hasta trastabillar,
tener que abrazarse para sostenerse pero únicamente hacerlo por afecto.
Beber hasta rebalsar, hasta que no quepa una gota
y se oscurezca lo más obvio.
Brindar por el Diablo y las mujeres
(pero tan solo una vez)
por los amigos que nos dejaron en el camino
los más queridos,
que tuvieron la poca delicadeza de morirse antes,
por la noche
los hogares
y los lobos que ya vienen.
Se los oye y se los huele.
Ya están aquí, un poco antes del tiempo,
porque los últimos días son de descanso.
Publicado por Gilgalad en 10:41 AM 4 comentarios
Etiquetas: Poemas del Placard
Sunday, June 21, 2009
21 de junio
Las veredas de la Av. Entre Ríos están plagadas de mierda y de cráteres.
La andrógena voz de Antony canta Candy Says, el alquitrán y la nicotina me muerden los pulmones a cada bocanada.
Y esos tipos, que felices se los ve cargando a sus hijitos recién estrenados, y bolsas de colores con moños gigantes.
No hay duda, hoy comenzó el invierno
Publicado por El guardian de la maldita ota en 4:01 PM 9 comentarios
Thursday, June 11, 2009
El Tío Ignacio
Alguna vez vi
como se mezclaban
mis lagrimas con la lluvia
en el cementerio donde leyeron
las estrofas de Lorca.
Despedíamos las tardes inocentes
donde el viejo y la pipa
daban cátedra
hablando de amigos, novelas y poetas
y de milongas
que sonaban entre las glicinas
y los asados
de la estación Coronel Boerr.
Se estaban yendo
los toreros
las lejanas historias de aquel Madrid
del imperio y las cenizas
donde corrían los jamones y las balas
se metían en el cuero
de unos tíos en fuga
por el fondo de la plaza del Ángel.
Se iban, al galope lento,
por los caminos del oeste
entre domadores de tobianos y azulejos
las sobras de un tiempo que
si existió,
fue apenas en la melodía imaginaria
con la que el viejo tejía
aquellos recuerdos inalterables.
Publicado por La Fiera en 10:08 AM 3 comentarios
Etiquetas: Poemas del Placard
Tuesday, June 09, 2009
Monday, June 01, 2009
No hay mejor asado a la olla
que el que prepara la Norteña.
Su puesto de cocina se inspiró en Le Corbusier
quien nunca en su vida caminó por el Mercado 4
entre yuyos, mandioca, porongos, zapatos y celulares.
Pero detrás sus lentes
se vislumbran años de elaborar la machine à mangier.
El racionalismo de la Norteña es a prueba de balas,
que, modestia aparte, también abundan por el Mercado 4.
Es el racionalismo de crear el almuerzo de cada mediodía
para las hordas de changarines, puesteros, mecheros, punguistas,
vendedores ambulantes, periodistas, alcahuetes, matarifes,
madrecitas yuyeras, turistas y botones
que desfilan por su puesto lilliputiense
de ocho sillas estrictas, pegadas a la mesa,
evitando los problemas limítrofes.
Dar de comer a cincuenta personas desde una pileta pequeña,
cuatro hornallas, tres bandejas, dos ollas y una sartén.
Dar de comer a cincuenta. Dar de comer.
No vale quedarse en la cocina si no hay cocina. O mandar al mozo cuando no hay mozo
pero la cola de hambrientos baja la escalera,
esquiva el consultorio odontológico
y alguien tiene que ponerse la camiseta, hacerse cargo, dar de comer.
Como si fuera poco, además, la Norteña tiene nombre de cerveza.
Ya cae amable, y todo por el mismo precio.
Es suficiente con sus callos y su delantal de Alderete Presidente 2008,
la única prebenda que obtuvo de los Colorados,
además de una gestión por la pensión del marido,
que todavía no le salió.
Siempre agradecida, la Norteña, siempre dispuesta
siempre con la luz esa que tienen los cocineros
que saben que dan de comer
y que eso es tan importante como curar o conversar.
Y no hay mejor asado a la olla.
Publicado por Gilgalad en 2:18 PM 7 comentarios
Etiquetas: Poemas de las hornallas