Sunday, September 13, 2009

Dijo que era

el sultán del ritmo
el varón de la pachanga,
mientras se rascaba los huevos con la izquierda
y con la derecha palmeaba a su ladero:
el turco Faribe.
Perecía ser el verdadero,
el caferata de tapín y escuela;
pero no se sacaba la mano del bolsillo
y nunca entendimos bien cuál era el plan.
Le creímos, sí,
que todos nos haríamos famosos
después de saltar esa pared
incendiar esa casa
violar a las mujeres
y cocinar al perro.
Era el jefe
y lo seguíamos ciega, amorosa,
incondicionalmente,
aunque su cara estaba llena de granos,
la espalda corva, la caspa y el
color amarillento de su piel
inspiraban dudas.
Dijo:
“vamos”
y fuimos,
cada cual con su renguera de alma
a dar el golpe.
Y acabamos empalados.
En su sonrisa sombra
ya se palpita el susto
y esa mano en el bolsillo que preocupa.
Sudaríamos gloria.
pero ahora
iremos a Sudáfrica
a cazar leones
con nuestras propias manos.
A lo macho.

3 comments:

Laura said...

Muy buenoooo.
Debo estar re vieja porque cuando entro a leer " Pescadores Anónimos" tengo que bajar el volumen porque la música me distrae...:o)

Me gusta como escriben...descontracturados a full.

Chapeaux!!!

Maro said...

Radiografía del poronguismo criollo.
Huele a rufián arltiano.

La Fiera said...

Muy bueno Sancho.

Bien podria ser una referencia al mariscal Diego Armando Maradona guiandonos al fracaso con aire canchero y sobrador.