Thursday, December 10, 2009

Me perdí los postres;

cuando los servían, como siempre,
yo ya estaba en Tabaco y canal Whisky.
Me perdí a la mina;
cuando ella quería cojer, la cansé de conversa
y se fue. Hemorragia verbal que suele
jugarme en contra. Y perdí casi todas
las peleas;
cuando era tiempo de odiar, yo ya estaba
conciliando. Y cobrando.
Y ojo:
que los que pegan, pegan,
no concilian.
Después fui como el coyote,
y corrí rápido, rápido, rápido,
tras el bípedo bobo y fanfarrón
y ya no había piso
y el mal pajarraco del camino
se iba volando y burlando,
y miré abajo y me di cuenta y,
y caí booooom,
y dos piernas, dos brazos, dos orejas
y silueta perfecta:
coyotesca silueta en estampilla,
postreramente eso, tuve en lugar de postre
tras perseguir al andrógino inclemente,
al siniestro envanecido,
cuya estúpida velocidad
y su burla y su burla y su burla
siguiuieron estampándome en abismos.
Carteles de la ruta,
trenes de frente,
y su burla y su burla y su burla.
y su histérica risita
fue mucho tiempo un mantra
un eco de lo injusto.
Pero todo funde a blanco
y me doy cuenta:
en realidad
es él
quien necesita ser perseguido.
Sin mí, no tiene
nada.
Imaginen al correcaminos sentado,
al borde de la pista,
fumando un cigarrillo,
sin afeitar y con las flacas piernas quietas.
Imagínenlo hombre, aunque no lo es.
Cuando todo funde a blanco,
lo estoy viendo:
a la final
este correcaminos
es un pobre
diabla.

5 comments:

Gilgalad said...

Sancho, me encantó y me cagué de risa.

Hay dos cosas que noto así nomás con una primera lectura... hay como dos partes... la inicial que me pareció bestial y la del correcaminos que me hizo reir bastante.

Obviamente me reconozco en muchas cosas (particularmente en el tercero, cuarto y quinto versos) y eso lo hace comunitario.

Y otra cosa que me gusta mucho es que siempre me consideré como una suerte de "torcido" con los dibujos animados... yo en la interna siempre hubiera jugado a favor del Coyote, de Tom, de Silvestre y de todos esos héroes atormentados por aves y ratones.

A mi Jerry siempre me pareció un hijo de puta, Manotas un pelotudo, el Correcaminos una suerte de freak.

La única que se salvó en mi olimpo de antihéroes es la pantera rosa, no se si por rosa, por marica o por pantera o por silenciosa, pero siempre le tuve aprecio.

Gilgalad said...

Dos partes como dos músicas diferentes digo... como trepando trepando trepando y luego en bajada.

Maro said...

Eso que se dice: estar en el lugar correcto y en el momento indicado, o mejor dicho, eso de pensar que hay que ir hacia algún lugar o detrás de algo o de alguien para estar en el lugar correcto y en el momento indicado me resulta falso.
Y ahí está mi voz hablando a través de la voz del poeta.
La atmósfera se pone densa pero la bocanada es optimista. Se muere y se nace. Es una danza atractiva.

Me gustó mucho el poema, y en coincidencia con Galad identifico el quiebre, las dos partes.
Algo más: aguante la Pantera Rosa, que bicho que me gusta. Creo que es porque anda siempre alpedeando detrás de casi nada o de casi nadie, o sin otro interés que hacer que su entorno se pinte de rosa. Su mundo, su fundido a rosa, su manera de estar siempre en el lugar correto y en el momento indicado.

Este muelle es deluxe.
Salud pescadores.

Homero Beltrán said...

A mí me llegó, y mucho, el inicio. "Hemorragia verbal que suele
jugarme en contra. Y perdí casi todas
las peleas;
cuando era tiempo de odiar, yo ya estaba
conciliando." Lo que se dice, el placer del lector desde la autorreferencialidad. Vale, me digo, pero es peligroso, ya que lo identificatorio tiende a limitarnos y a hacernos cada vez más conservadores. slds.

La Fiera said...

Yo banco desde siempre al coyote, el correcaminos se la lastra....