Tuesday, December 15, 2009

Navidad, Navidad, llega Navidad


hay que poner muchas bolas, mucha lucecitas, mucha estrella
para cargarse con Diciembre,
con toda esa humedad de la gente sensible
toda esa manía gregaria de reunión
de la fecha límite antes que se cumpla la conjugación de estrellas que determina el equinoccio de las bolas del arbol, de las lucecitas que se prenden y apagan
y todo el vagón de carga navideña
de padres noel, tanto padre
tanto huérfano,
tanta humedad.
Lo único decente del mes es que a veces hace calor
y a las mujeres les gusta desnudarse
-a mi también me gusta desnudarme-
pero a las mujeres les gusta desnudarse en la calle.
Entre pescadores
preferimos que esa costumbre se arraigue en nuestras camas
porque la única humedad soportable es la sexual
no la de los pinos navideños, ni las lucecitas de mierda que se prenden y se apagan,
ni la estrella que corona el pino, muchos menos la humedad de las bolas.
Pero la humedad de dos cuerpos frotándose dignifica un poco el mes.
Las remeras ajustadas también, sobre todo con unas buenas tetas abajo
pero no tanto como la delicia de frotarse con una o dos chicas
y transpirar en pleno diciembre.
Mucho mejor eso que el turrón
Mucho mejor eso que las bolas del árbol
o que los moños, o los paquetes.
Muchísimo mejor que tantos padres noel,
tanto huérfano.

4 comments:

Sancho said...

Absolutamente sí. Qué más puede uno decir ante tanta sabiduría.

Homero Beltrán said...

Si hay que darle a la Natividad, me anoto. No obstante, alguna vez me he preguntado qué sucedería si tuvieramos esta fecha de reunión social en pleno invierno (que es lo que pasa donde inventaron este cuento). Tal vez tuviera un poco más de sentido humano para nosotros, quién sabe.
Con calor, los yankis tienen el 4 de julio, y les funciona mejor, como que se lo creen (pero también uno tendería a pensar que se creen más la navidad, aunque claro, hablo desde lo que asimilé de Hollywood). Sí, esto dá para mucho más, sociólogos habrán escrito bastante al respecto.
Por otra parte, me parece que lo que está bueno por aquí es que nadie se hace cargo de la religión, como que está establecida la hipocresía o, mejor dicho, la excusa del encuentro. Por eso, a nivel festejo-porque-sí, garpa mucho más el Año Nuevo, que es festejar un almanaque (no me vengan ahora con lo de el sol y la luna, y el equinoccio -o como se escriba- y la cosecha).
Para terminar este comentario: ¡imagínense lo que sería encontrarse -no digo festejar- para navidad por la navidad!

Laura said...

Genial Leandro..!

Mucho turrón, pan dulce, frutas secas, delicias ideales para un clima frío..por eso transpiramos más.
Igualmente, lo mejor, es menos papás Noel, menos huérfanos, y más gente con " Bolas" que no es igual a ponerse en bolas...que también estaría rebueno después del brindis...:o)

Merry Christmas!

Maro said...

Acá, en el noreste estadounidense, las navidades se festejan en invierno.
A esta altura hace un frío de cagarse, pero de nieve no hay un copo.
Lo que se estila mucho es adornar la fachada de las casa con todo tipo de objetos luminosos y hasta con artefactos dignos de un parque de diversiones (muñecos de Santa Claus que saludan como robots, mini vueltas al mundo, renos que pastan en el porche).
Una de las cosas que menos me gusta de la navidad argenta es el desbarate pirotécnico y la jodita callejera de que te hagan volar un rompeportones al lado de los mocasines o debajo del auto.
Lo que me gusta es recibir regalos, y tengo que admitir que el árbol de navidad me cabe. Me gusta cuando tiene las luces de todos colores que se prenden y se apagan.
De pibe miraba hacia arriba para ver el interior de los departamentos y casi siempre encontraba alguna ventana que proyectaba la inermitencia luminosa de las lucecitas de navidad.
Como sea, les deseo a todos los pescadores que pasen una feliz navidad. Cada cual a su manera, con rabia o con alegría, solos o acompañados, sobrios o escaviados. Y lo más importante: con salud. En su sentido más amplio, que haya abundante salud.