ni para mujeres ni para niños.
Que se bajen primero.
No es para esa gente que quiere daikiris de colores.
No es para los que toman café descafeinado, té desteinado o cerveza sin alcohol.
No es para los palurdos de las esquinas
que les venden boletos nocturnos a los que carecen de monedas.
No les va a los mexicanos tequileros de enchiladas y aliento rancio.
Ni a las chicas diet coke, ni a los jockeys en actividad.
No hay ni una lagartija que tome scotch,
ni un gigoló rubio que pasó por todas las nenas.
No es para los rompecorazones que no dejan madurar el tomate.
El whisky no anda con los alérgicos,
ni con los consumidores de tofu.
No va con los quieren finales felices.
No es generoso con los ciegos aunque escriban en retazos.
Le vuelve la espalda a los que nunca largan el metro
a los que miden los detalles y aman ser los maestros de la botonera,
y a los escanciadores de agua bendita y pan multiplicado.
No es para mantequitas, ni para niños ni mujeres.
El whisky es para los marineros de barcos franeleros,
de vela rota y hierro oxidado.
Para todos aquellos con problemas dentales,
caries y agujeros.
Para una flaca que maduró en la cárcel
y demostró tener más bolas que un tipo.
Para los ausentes, que se perdieron de asco, voluntariamente.
Para los que se ensucian de carbón y aceite.
Para los músicos de bares de mala muerte
que no tienen reloj pulsera.
Es para el turfman cuando se le dan todas
y deja la perrera en coche de alquiler.
Para los que forjaron mis cuchillos de cocina
Para los que descubrieron la electricidad
y olvidaron la fórmula
o la cambiaron por un costillar bien hecho y una estampita de San Eustaquio.
Es para los que tienen frío y no tienen madera.
Para los que van al amor y a la guerra cantando canciones.
Pero por sobre todos, el whisky es para los pescadores anónimos
que aguantan, estoicos, los embates climáticos,
los estados de ánimo, las moscas del amanecer.
Los que no pierden el hambre por divorcios, por intentos fallidos o aneurismas.
Para los que se ríen de la propiedad privada
y de la ropa limpia.
Para todos los pescadores anónimos
nostálgicos del futuro.
Thursday, January 20, 2011
El whisky no es para mantequitas
Publicado por Gilgalad en 9:08 AM
Etiquetas: Poemas del Placard
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4 comments:
Excelente Guardian!!!
Hay una nueva triada hermetica, whisky, r&r y el cosmos pescador.
Somos los nuevos Hernmeticos, despojados de la gilada religiosa.
Claro! Sin la gilada religiosa
Me alegro que te guste. Está inspirada en una de las poesías de Sancho.
Somos unos tipos requetefinos....
Qué buen poema. Recién lo leo hoy, casi dos meses después.
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