Thursday, April 26, 2012

El micro a Dublín


A veces
siento la necesidad de cargarlo en brazos.
Lo veo tan frágil
de la cocina a la cama,
que siento la necesidad de cargarlo en brazos.
También siento ganas de abrir cuarenta cervezas diferentes y visitar cuarenta países
y que la hora se transforme
en seiscientos, seis mil, sesenta mil o seiscientos mil segundos.
De tomarme un micro Retiro - Dublin
y hablar hasta donde alcanza la vista
escucharlo, con la profundidad que se escucha al silencio,
escucharlo
hasta que Irlanda se ponga roja.
A veces pienso en todas las cosas que me hubiera gustado oirle y no me dijo
porque cada uno tiene sus indecibles.
A veces, en estos días
soy crucificado de a poco
pero es necesario reconstruirse
dejar de lado
las reconvenciones y los caprichos
-estamos muy pelotudos en estos días-
es necesario coserse la boca
apartarse
y sonreir a navajazo limpio.
A veces
pensar en su ausencia futura y próxima
me genera una nostalgia anunciada
una angustia gelatinosa
inasible
resbalosa.
A veces quiero más recordarlo que verlo
y resulta difícil en este contexto
asignar las prioridades correctamente.
A veces
tengo todas estas dudas
pero al final
la vida es un suma y sigue
hay que cerrar la cabeza
ponérselo más fácil
tanto a él como a mi.
Revolear los ojos para arriba
y que sea lo que Dios quiera.

3 comments:

El guardian de la maldita ota said...

Guardian, no estoy seguro, pero creo de que va el poema, sin palabras.

Sancho said...

Gran poema, que comparto con un gran abrazo.

Nachete said...

Gran poesía che, como siempre me crea mucha inquietud de que estás hablando en concreto, al verte mas como un amigo que un poeta.