Friday, December 17, 2010

El rey del pescado

nada calle abajo por Corrientes
No sabe bailar rumba y en sus tablas se adorna con papeles de colores y pinceles.

Pensando en una reunión de peruanos en pleno Abasto
se contornea por la avenida
y deja que los niños se acerquen
a pedir caramelos y figuritas.
Hace que no les da pero se guarda todo un acuario en la manga.

El rey del pescado baila bien el rock.
Duerme sobre hielo, guarda un trompo en el bolso
y un sombrero de indio que le trae la infancia de regreso.
Se refugia detrás de sus trucos
esperando que el hueco pase desapercibido.
Ya no siente más las cicatrices
se cansó de estar triste
no le duelen ni las olas.

El rey del pescado tiene un fallido en Osaka.
Terminó con un seppuku y las tripas de ella sobre el lino.
El ritual de suicidio que le amargó las entrañas.
Ella era la flor de los sargazos
y el rey del pescado
enmudeció por siglos.

Se volvió hacia el alcoholismo como forma de pago
y terminó su duelo en el preciso día
en que lloró aceite de hígado
en la Boca del Riachuelo.

Ahora nada calle abajo por Corrientes
saludando a la prole de mojarras con aspiraciones
estaqueado en una feta de salame
picando grueso y fino el instrumento,
durmiendo en los andenes
soñando con pestañas y flores
abriendo las agallas y fumando concentrado
mientras el resto duerme
el sueño de la rosa.

1 comment:

una tal condesa barthory said...

que loco!!!yo hace un tiempo,(un mes) tenía que explicar que era un manyín ,y salvando las diferencias; te juro que el mío tiene unos trazos similares.
Claro ,el tuyo es poema, el mío una explicación descosida.