Tuesday, May 06, 2014
Cuando se pasa de temperatura
y humea
la Bestia Cocinera pone la voz aguda.
Esa voz es condición sine qua non
para consagrarse de bestia:
Como Bonavena
o como mi gato.
La Bestia Cocinera sólo sabe medir en términos de cocción de gigots, riñones y quijadas.
Las sutilezas no están a mano
tan solo las pone en la carta
y conoce únicamente la diplomacia de los dientes.
Va todo el tiempo armado
con la lengua afilada y picante
llena de conceptos vertiginosos y descalificaciones bien cocidas
con las que sale a despostar gente.
En el recóndito absoluto del mundo culinario
todos temen un poco a la Bestia Cocinera.
En su mesada interestelar de acero inoxidable
ha viviseccionado chinos
y braseado periodistas.
Las tevestrellas lo detestan
porque la Bestia Cocinera cocina bien en serio
no anda con veleidades de tomates rellenos ni elaborando elogios a la chamusquina.
Su pizza en copa fue causa de un incidente diplomático con Plutón
y su carrillera no ha economizado sangre de vaca ni de toda esa chusma de veganos.
La Bestia Cocinera se inició en una caleta
transportando baldes de agua salada
y pintando mariscos uno a uno
aganchando la cabeza ante los gritos del contramaestre del Bounty.
Domando jabalíes y durmiendo en la despensa
acostado sobre quesos y con un Joselito de almohada.
Sin embargo su cocina es como la fiesta de graduación del Colegio Newman
y no hay otro lugar para aprender mejor lo que está de moda en los salones de la Alta Sociedad.
Lo único bestial ahí es la Bestia Cocinera
que reinsertó el servicio militar
en el preciso instante en que abrió el restaurant.
Es de buen educando recordar dos premisas
Uno: No hay que cruzarse por delante de la heladera si no se quiere terminar dentro de ella.
Dos: No se debe pedir que la Bestia Cocinera salga a saludar. Saldrá si tiene ganas, sin necesidad de pedirlo.
Si se siguen las reglas y se cuenta con suerte las noches de luna llena
quizas algún día reciban el llamado de la Bestia Cocinera
que les dirá
entre carcajadas y entrechocar de limoge
un colosal
vengan con hambre-.
Publicado por Gilgalad en 10:43 AM
Etiquetas: Poemas de las hornallas
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