Monday, July 29, 2013

No, para mí no son,


yo les escapo

a esos reservorios

egoistones,

con aire cobardoso,

en miradas flanescas

donde vive

tanta gente apartada

del lodazal humano

de los bares,

del ruido

de las urbes.

Los árboles raquíticos

que enmarcan el paisaje no rural,

que escoltan

peceras extra caras

de vidrio y de cemento irracional

en su racionalismo,

de porte presumido y berretesco

donde hasta el guardia

parece de plástico

y te afana, 

donde hasta el chorro

más sanguinario acecha

porque ve claramente

lo que separa el muro:

De un lado la bonanza,

la vida rubia a costa

del infierno en los otros.

Del lado opuesto el hondo,

hondísimo dolor

del condenado

sin oportunidad

sin tregua

sin medida.

De un lado

esa basura de oro

que los críos escupen

desde el auto importado,

la impiedad, la abundancia.

Del otro,

el desamparo

los pibitos sin agua

sin remedios,

sin chance.

Por eso,

va ya mi canto al odio

contra esos falsos barrios

que exigen documentos para entrar,

donde te piden que abras

los baúles, las piernas

los esfínteres,

en busca de armas largas.

Ya querrán pronto que nos quitemos todo,

como hacen las visitas a la cárcel.

Y eso que es un domingo,

de sol,

y vamos a jugar a que hacemos asado

en un campo de golf,

que es como un cementerio

donde la condición de visitante

es un sello en la frente

que con maníaca sonrisa

quieren disimular los pobres anfitriones;

los cautivos locales

del universo Ken y Barbie.

No, para mí no,

yo nací aquí, en el centro,

y aquí sigo impregnado

de taxi, de barcito,

de kiosco siempre abierto.

Abrazaré la polis:

La ciudad que es de todos y de nadie.

La ciudad que nos muestra

y nos ve

y nos deja ver

que hay roña y tiro

que

debe

haber

piedad.

O hay que inventarla.

No comments: