Allá a finales del pasado siglo, se reunían un grupo de amigos en un importante comercio de tejidos de la calle de El Peso, en las noches invernales y al margen del horario comercial, formando una animada tertulia.
Entre aquellos contertulios, sabemos que figuraban el entonces jovencísimo Serrano Clavero y un sacerdote llamado D. Epifanio Moya Monsalve.
Allí se hablaba de todo: pero aquel sacerdote con sus frecuentes ironías, zahería al barberillo-poeta como así llamaba a Serrano Clavero.
Aquel cura valoraba erróneamente a Venancio; no supo intuir que aquel barberillo era capaz (como así fue) de alcanzar cotas muy altas.
Venancio que se sentía muy molesto con aquel cura; decidió no asistir más a la tertulia y dejó un sobre para que se lo entregaran al cura.
En aquellos tiempos había una gran diferenciación social entre "los de arriba y los de abajo" y los sacerdotes eran miradas con mucho respeto.
En este sobre había dibujado en una cuartilla una sepultura y encima de ella un sombrero de teja (o de canal) que entonces llevaban los curas y la siguiente leyenda:
"Bajo esta losa fatal
cubierta de Iodo inmundo
yace el mayor animal
que Jesucristo echó al mundo
con sombrero de canal"
2 comments:
jajajajaaaaaaaaaaaa
genial
Impresionante el versito. Un genio el nonno.
Post a Comment