Tuesday, March 11, 2008

Sequia pescadora

Ante mi falta de tiempo que lo estoy dedicando al trabajo, al boxeo y a la juerga, os paso un extracto de ¨LLoran tus ojos azules", pero prometo escribir pronto.

La esperanza


Por los años ochenta, María y James no están juntos y llevan el suficiente tiempo sin estarlo, como para no notar sus necesidades. María, sigue tan bella aún no siendo ya tan joven. Además, es ahora más conformista. Sin duda ahora está más adaptada al mundo real. A pesar de ello, sufre la inmensa amargura que la provoca la necesidad de querer encontrar su sitio para entender.
Porque, María buscaba un sentido a su existir. Cuantas veces había pensado en la levedad de lo que suponía, tan sólo, mantenerse. Sobre sus espaldas cargaban infinidad de acontecimientos dignos de contar pero que nunca querría que fueran relatados. Quería entender y que la entendieran. El hombre recopila un cúmulo inútil de recuerdos vanos. Un gran problema de un suceso proviene de lo más nimio sacado de contesto y la ridícula la atención que pudiera suponer en el momento dado.
Aquel día de su cuarenta cumpleaños María recordaba a James, aquel del que creyó no recuperarle nunca más, Y ¡Dios mío! , A la única persona que podía haber querido si esperar contraprestación.
- ¿Porqué las cosas desde la distancia se ven tan claras? Como algo que no se entiende en el momento vivido, después se ve cristalino. Cómo me arrepiento de tantas cosas, pero sobre todo de lo que te hice. Fui una gilipollas sin remisión. Una puta de tres al cuarto.
María era una mujer tan hermosa como seca, tan inteligente como fría. María no amaba la vida, nunca la había deseado. No se quería a ella misma, permanecía convencida de nunca saber del verdadero amor. En su cuarenta cumpleaños volvió a recordar lo que siempre había sido muy consciente: Esta vida parece una farsa.
- Las primeras veces que me acosté con James nunca fueron por amor. Las únicas veces que lo hice se debieron a que me atraía, además, teniendo en cuenta que él me deseaba. Llorábamos juntos las desgracias pasadas. Lo único distinto y que me confortaba era el notar que parecía más sentido por mi compañero. Tan romántico, tan preocupado más porque disfrutara yo que por que disfrutara él. Notaba su gran entrega, sus sentimientos, su desprendimiento hacía mí.

2 comments:

Gilgalad said...

Está muy bueno esto Nachete. Andá poniéndolo en capítulos. Hay un par de errores de tipeo, si querés te los marco.

Estás haciendo box? Eso sí que es de pescador eh!

Nachete said...

acabo de salir de box, es impresionante. Estoy muy emocionado