Saturday, September 15, 2007

Aquella Noche

Aquella tarde, Ignacio estaba todavía en el trabajo. Miró el el reloj, -faltaba una hora para el Alemania.España del Eurobasket- así que decidió apagar el ordenador y mandar al carajo el documento con el que estaba enfrascado.

Su idea inicial era ver el partido en el pub de su amigo, pero mientras conducía pensó que era demasiado coñazo ir para allá y de nuevo coger el coche después para llegar a casa. Mejor voy al bar de al lado de mi casa, donde algunas veces voy a escuchar buena música. El dueño era un tipo cuarentón de complicado pasado gran aficionado a las grandes bandas y cantantes que tanto gustaban también a él. Seguro que pasa un buen rato hablando de Van Morrison.

Cuando llegó el lugar estaba lleno, pero había justo un pequeño lugar en la barra muy cercano a la tele. Allí podría ver el baloncesto. Se fue con el periódico para leerlo en los tiempos muertos.

Nada mas llegar “Gollum” como apodaban al dueño del local le devolvió aquel increíble CD que había realizado Jerry Lee Lewis con mas de sesenta años de edad.

- Es muy bueno
- Ya te dije, el tío ha hecho un disco sorprendente y está en plena forma.

Gollum aquella noche estaba un poco mas distraido. El motivo era una chica sentada sóla.. Cualquiera, en seguida, se hubiera dado cuenta que quería ligarsela. Gollum la hablaba de un lugar de amigos suyos argentinos donde tocaban distintas músicas. La comentaba que fueran después de cerrar. Ignacio no pudo por menos que escuchar la conversación ajena porque le parecía interesante aquel lugar donde se tocaba tango, música brasileña y que no conocía.

El lugar estaba lleno, tan variopinto que se necesitarían diez páginas para describirlo. Lo importante es que el baloncesto había comenzado y la música que sonaba era Joaquin Sabina.

Un supuesto amigo de Gollum que llegó después intentó levantarle la mina de mala manera. Ignacio ya había apreciado acento portugués de ella, sin duda era brasileña, ahora entendía porque ella era algo totalmente irresistible para los machos ibéricos. Ahora comprendía el desaforado buitreo.

La situación a Ignacio le divertía. Estaba empezando a notar que ella pasaba de todos, o quizá no de todos, porque a él le miraba de ver en cuando. Esto se merecía tomarse otra copa, para que notar como crecía su ego con mas animación.

- Fernando – nombre de Gollum – ponme otro Jim Bean con Light.
- Sí, claro.

Acabó el partido y la copa. España había vencido con facilidad y la brasileña le pidió a Ignacio uno de los puritos que este fumaba. No pudo remediar “presumir” de su portugués. Y empezaron a hablar. El, de todas formas. estaba un poco distante; ella tampoco era espectacular pero superaba el umbral de decidir si se la garcharía o no.

En un momento dado, Ignacio pidio la cuenta. Gollum le invitó a la segunda copa. Como el partido estaba terminado, decidió terminar de leer el periódico. En un momento dado le preguntó por el lugar Argentino;

- Perdona te he escuchado que antes hablabas de un local con buena música en directo cerca de aquí.

. Ignacio, la verdad, es que todos los días tocan lo mismo.

Al escuchar eso, no pudo menos que reírse. Tenía la confirmación que era una excusa para poder llevarse a la chica al huerto.

La situación era la siguiente, Gollum medio derrotado por el otro amigo que se la intentaba soplar la nuca; Ignacio con ganas de irse a casa, y el levantador bastante torpe.
Por eso Ignacio decidió irse. La chica apuró su cerveza y dijo que se iba también, que le acompañaba. Ignacio no le pareció normal porque parecía que iba a ser la chica de Gollum o que caería ante la insistencia del levantador. Pero, que cojones. ellas mandan.

Ella y el se fueron juntos y quiso la vida que ella viviera en el piso de al lado, aquel piso donde vivían unos cuantos brasileños. A ella nunca la había visto, debía estar de paso. Cuando estaban en el portal, ella le dijo que si le enseñaba su casa, y él le dijo que vale. Entraron juntos, y como novela de Buckowsky tomaron una copa y follaron, a pesar que posterior a los besos y anterior al acto, ella decía que tenían que hablar más y conocerse. Pasadas dos horas él dijo que tenía que madrugar y que por eso quería acostarse; que podría dormir ahí si quería pero decidió que era mejor irse a dormir a su casa.

Antes de irse Ignacio la dijo con bastante severidad:

- No olvides que mañana has quedado con Fernando, se lo has prometido

5 comments:

Sancho said...
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Sancho said...

Muy bueno. Qué linda época aquella de los bares conocidos, donde el barman tiene nombre. Me gusta el clima del episodio y un detalle: veo que mencionás con insistencia el Jim Bean, lo cual resulta muy digno, porque en la tradición del rocanroll pareciera que el único bourbon que recordamos es el Jack Daniels, y eso no es justo.
De modo que...¡Bien por el Jim Bean y los episodios en bares con chicas cariñosas!
Ah, y bien por Jerry Lee Lewis que viejo o muerto es un grande sin edad.

Nachete said...

Siento que tendría que haberlo escrito con más palabras, queda un poco atropellado.

Mas raro aún en Madrid, donde casi no se consume Jim Bean.

Hablando de buena música, este viernes voy a ver al gran Johnny Winter(el albino genio del slide), escribiré una crónica como si pescadores de un periódico se tratara.

Gilgalad said...

Me gusta. Me parece que cambia el ritmo demasiado abruptamente como si en un momento determinado te hubieras sentido perdido en el texto y hubieras decidido terminarlo de la manera que fuera.

"ero mientras conducía pensó que era demasiado coñazo ir para allá y de nuevo coger el coche después para llegar a casa. Mejor voy al bar de al lado de mi casa, donde algunas veces voy a escuchar buena música."
¿El cambio de persona es a propósito, como si fuera el pensamiento? Si es así habría que marcarlo con un guión o algo, a mi me confundió sobre todo porque no vuelve a ocurrir.

Esperamos la crónica del gran Johnny Winters para el próximo fin de semana...

Sancho said...

Johnny Winters vive???!!!!
Qué grande!!!
Mandá fotos si es posible Nachete!