Saturday, September 08, 2007

Hoy se sentía sólo


Hoy se sentía sólo. Después de una sencilla cena, Ignacio se había preparado un Jim Bean con Cola y estaba fumando uno de sus puritos. Esa noche podría salir con unos conocidos, pero no tenía ganas. Porque Ignacio aquella noche estaba sólo.

Sus amigos en España no existían, enfrascados en lo políticamente correcto, sus actuales matrimonios e hijos había supuesto el olvidar todo lo demás. Además si ellos salían con él, iba a tener la extraña sensación de que esa salida sería un permiso pernocta de un preso. Le jodía ser el soltero que tenía que hacerse sentir libres a los otros. Tenía claro que la libertad no era un tema de tener pareja o no; era una cuestión de principios. Él sentía pena de ellos seguramente ellos sentían pena de él.

Sus otros amigos estaban lejos, muy lejos, disfrutando de una velada de boxeo.¡ joder!

El problema es que no le importaba estar sólo; pero le extrañaba estar en esta situación. Se acordaba de su ex novia brasileña, pero tenía claro que la decisión había sido correcta. Ella si le hacía compañía, tenía aquellas cosas deliciosas de improvisar verdaderas poesías sin saberlo, o de querer ver un partido de fútbol americano por la televisión por cable. Bueno seguramente si estuviera ella harían el amor después de algún touch down.


Por lo tanto Ignacio, aquella noche decidió pescar con pescadores nada anónimos.

4 comments:

Anonymous said...

zzzzzzzzzzzzzz

Sancho said...

Conmovedor Nachete.
Es la viva estampa del solitario que uno ha sido y será siempre, aunque se case, tenga hijos, se divorcie y se vuelva a juntar. O aunque no se case nunca y alguina vez haya tenido a alguien.
Te felicito. Merece continuida narrativa.

La Fiera said...

Para saber como es la soledad
tendrás que ver que a tu lado no está
quien nunca a ti te dejaba pensar
en donde estaba el bien
en donde la maldad
La soledad es un amigo que no está
es su palabra que no ves llegar igual
Si es que sus sueños son luces en torno a ti
tu te das cuenta que él ya nunca ha de morir
nunca ha de morir

Luis ALberto

Gilgalad said...

Buenísimo. Impresionante. Es lo que dice Sancho, tiene un dejo de whisky de soledad. Una cosa muy de hundirse en el sillón el domingo a la noche.

Yo también espero continuidad pronto, pese a que eso te haga sacar la cabeza de los dos proyectos en los cuales te están explotando.

Por otro lado no te pongas tan melancólico porque te caemos todos a Madrís y te destruimos la casa anticipándonos al crash inmobiliario!