Wednesday, September 12, 2007

La presidenta: Parte segunda



En esos aquelarres demenciales que impulsaban su deseo, la Presidenta era amordazada por su propia orden, para no decir cosas de las que luego pudiera arrepentirse. El amante, en cambio, estaba liberado de proferir agudas groserías mediante las cuales el encuentro cobraba estrépito y gozo. De hecho, era impelido a hacerlo. No digamos por decreto, pero sí por insinuación y recompensas. Cuanto más guarro, más propina recibía: un crédito blando por unas palabras duras. Una jubilación de privilegio a cambio de la más juvenil de las ferocidades lanzadas en cuerpo y alma.
La primera dama adoraba el mundo animal y verse aludida como parte de la rústica naturaleza: “perra”; “chancha”; “ratita”; eran sus sonidos preferidos. El amante agregaba también epítetos humillantes que la hacían corcovear “Yegua vieja” “Vaca atorranta” le espetaba, en fin…Se diría que la mandataria necesitaba compensar tanto poder con una fuerte degradación semanal.
Su amante era un valiente. Capaz de casi cualquier cosa. Pero también un buen hombre. Si por un lado se gratificaba, por el orto le gustaba dar felicidad; era expansivo, sensible, solidario. Hubiese sido un gran presidente aquel padrillo.
Es cierto que alguna perversidad escondía el hombre acariciando aquellos muslos excedidos y fláccidos que la Presidenta enmascaraba con encajes, puntillas sensuales y lengua afuera. Es cierto que mientras domaba a la sesentona le gustaba detenerse mirando los femeninos portaligas de Versace y, tras la membrana negra de las medias sedosas, los juanetes malignos de la titular del Poder Ejecutivo. Ella, en cuatro patas, apoyaba en las sábanas sus manos abiertas, repletas de anillos que arrugaban sus dedos y –aun en tan perruna posición– denotaban poder, riqueza, acaso oscuro encanto, cual Ferrari con accesorios de lujo.

2 comments:

La Fiera said...

Vamos presos sancho, dejate de joder!

Esto es memorable:

"Si por un lado se gratificaba, por el orto le gustaba dar felicidad"

y esto también:

"un crédito blando por unas palabras duras"

Gran relato, nos bancamos lo que venga. Le ponemos el pecho, vale la pena.

Gilgalad said...

Noté lo mismo que La Fiera. Dale duro Sancho, está impresionante.

Recién me comentaron en MinutoUno que hubo un comentario sobre la candidata bastante parecido a tus escritos...