Tuesday, September 25, 2007

Los Únicos que mi Martillo Aguanta

BEAUX-ARTS APARTEMENTS
307-310 EAST FORTY-FOURTH STREET
NEW YORK
Murray Hill 4-4800 JOHN M. COBDEN, MANAGER



Nueva York, 21/3/34

Querido Ñato Defino.

Aprovecho la circunstancia de que Carlitos te escribe para adjuntarte yo también una hoja acusando recibo de tu gentil carta y deseando que pronto nos encontremos para bien de todos...(¡¡) Recién (3 de la mañana de un Miércoles frío) se va Carlos y he quedado solo en el bulín, después de terminar la carta que te envía hemos estado soñando un poco y chamuyando de lo merecido que tendríamos (sobre todo él) un poco de suerte y que el verano próximo estemos en La Multata, gozando de fresca viruta y preparándonos para ir a Maroñas a ver cómo se traga el Villanueva o el Internacional “Explotó”. Ya veo el final, “Explotó” o mejor dicho “Silencio” que entra al “pessage” con Legui en el lomo y traído de las riendas por Carlos y de la cola por mí, tal será mi entusiasmo, entusiasmo bien fundado si se quiere, ¡¡hace tanto que vengo masticando ese momento...!

Mi “martillo” me recomienda hace un instante que vuelva a recordarte de que vengas bien calzado, yo –si no fuera mucha molestia- te encargaría dos comisiones, la primeras que veas a mi viejita antes de venirte y la segunda que me traigas dos pares de zapatos de la casa Araña, Corrientes al lado del cine Astro, que son los únicos que mi martillo aguanta, te diré que hoy mandé a poner media suela y taco a unos caminadores bastante reos y me cobraron Dlrs 2.50 casi ¡¡DIEZ MANGOS...!! Por eso prefiero comprármelos nuevos, a mí ya me manyan en esa casa, cuando digas son para ese “mozo alto” guitarrista de Gardel te darán hasta un par de cordones y calzador de yapa.....!!!!!).

Necesitaría un par de charol para smoking, es decir para todo servicio y un par crema para hacer juego con el color de la funda de los sillones que adornan mi pieza... esto, aunque parezca joda es la pura verdad, hay que cuidar el detalle, en este momento dejo liberado de su prisión a mi martillo (base de todos los chimentos pedicuristas) y campaneo el interior de mi botín para ver el número que está sobre una etiqueta. Yo necesito lo siguiente:

Cremas Art. N° 1005, H.26, N° 45, Ancho 5 o 5½ mejor.

Charol. Art. No sé; H. 26, N° 45, ancho 5½. Está demás que te garanta la devolución de los cincuenta pesos enseguida de poner pie a tierra americana, pero viejo te garanto que en esta tierra donde hay tan ricos sandwichs y enormes manzanas al horno no hay una horma de botín que pueda competir ni remotamente para nuestros “pieses”, así que no te vengas sin tu correspondiente colección de “Guantes” lo mismo para los guitarristas. Tampoco tengas esperanzas de encontrar Agua Colonia ni bidets, el bidet aquí es una guitarra sin mango, estas macanudas hijas de Tío Sam critican a las francesas por el continuo uso del bidet y francamente no sé cómo se las arreglará el speaker Riverol para sus gárgaras...(!)

Che viejo, tengo vehementes deseos de verlos a todos aquí, de laburar, de colaborar en algo, francamente no sé si todavía soy gil, pero, carajo, no puedo estar así, hoy me he dado cuenta que no serviría para empleado de la Defensa Agrícola. Bueno viejo, creo que para dentro de un mes estaremos todos en una mesa y charlaremos largo y tendido, saludá en mi nombre a tu mamá, Adela y demás amigos; te recomiendo veas a mi vieja que está algo enferma, asegurale que para Agosto estaremos todos en Buenos Aires, esa piadosa mentira la hará dormir más tranquila estos meses que faltan, vos bien sabés que es lo único que tengo y si no sirvo para hacer feliz a ella sería mejor no existir. Un fuerte abrazo de tu amigo



Petto.

Mi mamá vive: calle Martínez Castro 633 y mi tío a media cuadra, Tandil 3936. Te pongo las dos direcciones para que tu ida a la Pampa no sea estéril, si no la encontrás en una casa es porque está en otra. Tomarás en Corrientes y Montevideo el colectivo blanco N°2 y te bajás en Juan B. Alberdi al 3800 y a treinta metros de allí está la casa de mi vieja. Si se lo avisás por carta dos días antes diciéndole día y hora de tu visita, es muy probable que la encuentres sin falta.

4 comments:

Gilgalad said...

Nota: Tanto la carta original publicada como el comentario que sigue a continuación fueron copiados de Gardelweb. En general no soy partidario de darle bola a estas cosas pero estos tipos hacen algo interesante y completamente gratuito.





No toda la correspondencia gardeliana contiene datos de importancia para las investigaciones, pero todas las misivas nos permiten conocer detalles domésticos, proyectos (algunos incumplidos, otros modificados), en definitiva el entorno de Gardel visto y vivido por sus colaboradores.

Si bien es posible que se conocieran un poco antes –dado que Pettorossi acompañaba a Francisco Martino que había formado dúo con D’Angelo-, la primera vez que vemos juntos los nombres del Morocho del Abasto y el guitarrista es el 12 de noviembre de 1915, cuando el dúo se presenta en el Teatro SAN MARTÍN con la Compañía Tradicionalista Argentina, presentando la obra “Juan Moreira” de Eduardo Gutiérrez. En el sexto cuadro del segundo acto, se presenta el dúo, cerrando una gran fiesta de bailes y cantos criollos. Entre los veinte guitarristas que intervienen en la obra, figuran José Ricardo y Horacio Pettorossi, 1° y 2° instrumentistas, respectivamente, del nutrido conjunto. No se conocen mayores detalles de la relación entre Gardel y “Petto” hasta que este músico se incorpora al grupo de colaboradores, en Francia, cuando el Zorzal filma ESPÉRAME y MELODÍA DE ARRABAL, donde lo vemos en varios primeros planos. A partir de entonces, se une a Gardel hasta que, en julio de 1934, regresó a la Argentina ante la imposibilidad de trabajar en los Estados Unidos. Si bien debía regresar a U.S.A. con los otros guitarristas para incorporarse a la gira final, desistió del viaje y fue reemplazado por José María Aguilar.

En marzo de 1934 Horacio Pettorossi escribe esta carta desde los Estados Unidos. Había partido de Buenos Aires el 7 de noviembre de 1933 en el “Conte Biancamano” junto con Gardel, el matrimonio Defino y Alberto Castellano rumbo a Francia. Luego de un breve descanso y de la visita del cantor a su familia de Toulouse, zarpan rumbo a los EE.UU. (a excepción del matrimonio Defino) el 22 de diciembre en el CHAMPLAIN. Desembarcan en U.S.A. el 28 de diciembre; se alojan primero en el Waldorff Astoria (Park Avenue y calle 50); luego, en forma transitoria ocupan el Hotel Ansonia (Avenida Broadway y calle 73) y posteriormente el Beaux Arts Apartements (calle 44 n| 307) donde por pocos días reside Pettorossi y escribe la carta que se adjunta; el 15 de octubre de 1934 Gardel se radica en el Middletown Hotel, donde vivía Le Pera. Si bien se desconoce la fecha exacta de los períodos en que habitó los domicilios anteriores, los membretes de la correspondencia pueden orientarnos al respecto.

En una de sus cartas –que daremos a conocer oportunamente-, Pettorossi se queja porque el cantor “lo hizo viajar con visa de turista y no de inmigrante”, motivo por el que no podía trabajar. Vemos en la presente su incomodidad ante esa situación, ya que Gardel le está pagando sus gastos: “tengo ganas de laburar, de colaborar en algo, francamente no sé si todavía soy gil pero, carajo, no puedo estar así, hoy me he dado cuenta que no serviría para empleado de la Defensa Agrícola”.

También se refiere a la proximidad de un viaje de Armando Defino; recordemos al respecto que la gira que se truncó en Medellín estaba prevista para 1934, por cuanto a la fecha de la misiva, era inminente el viaje de Defino y los guitarristas. La gira se pospuso, Defino no se incorporó a la comitiva, sino que se quedó en Bs. As., y los guitarristas Barbieri, Aguilar y Riverol llegaron a Estados Unidos el 31 de enero de 1935, casi un año después de escrita esta carta.

A las “3 de la mañana de un miércoles frío”, “solo en el bulín”, después de que Gardel le escribió a Defino, estuvieron recordando al Uruguay (país por el que nuestro cantor sentía un profundo cariño, sentimiento que –a decir de presuntos investigadores, serviría como prueba irrefutable de su nacionalidad oriental) y, obviamente, al hipódromo. Tenemos en esta carta la confirmación de una anécdota que muchas veces ha circulado y circula entre los gardelianos: el cambio del nombre del caballo “Explotó” por “Silencio”.

Nótese que, a pesar de que Pettorossi en su carta ya da por hecho el cambio de nombre por “Silencio”, Gardel continúa llamándolo “Explotó”; esto nos lleva a preguntarnos si habrá sido ésta una iniciativa de nuestro cantor. No resultaría extraño que así fuese, ya que varios de sus pur-sang llevaban nombres relacionados con su actividad artística: “Amargura”, “La Pastora”, “Cancionero”, “Guitarrista”, sin dejar de mencionar el Stud “Las Guitarras”.

Un punto conmovedor de estas líneas es la mención a su madre. Luego de los párrafos despreocupados dedicados a los zapatos, y la alusión a las gárgaras del “speaker Riverol” (encargado de presentar al cantor en ciertas oportunidades) pide muy seriamente a Defino: “Te recomiendo veas a mi vieja que está algo enferma. Asegurale que para agosto estaremos todos en Buenos Aires, esa piadosa mentira la hará dormir más tranquila estos meses que faltan; vos bien sabes que es lo único que tengo y si no sirvo para hacer feliz a ella sería mejor ni existir”. Observando el margen izquierdo de esta cara del papel, notamos que había sacado ya la hoja de la máquina y luego vuelve a colocarla para agregar la postdata, donde sobreabunda en las explicaciones sobre el domicilio de su madre, dándole incluso la dirección de su tío “para que tu ida a la Pampa no sea estéril”. Huelgan los comentarios en este punto, sobre todo cuando nos detenemos a pensar que, por esas cosas del destino, la “mentira piadosa” no fue tal y que, si hubiese tenido la Visa de inmigrante y no se hubiera postergado la gira, nunca más habrían vuelto a verse.

El tono alegre de la carta nos muestra el ambiente que vivía Gardel, quien todavía motiva la pregunta “¿Cómo era su relación con sus colaboradores?”; ésta y otras cartas nos dan la respuesta: eran una familia.

La Fiera said...

"un par crema para hacer juego con el color de la funda de los sillones que adornan mi pieza"

Insuperable

Sancho said...

Gilga, ¡sos un licenciado en Gardel vos!
Un maestro compilador!
Tenés que escribir un ensayo.

Nachete said...

Yo creo que podría novelar la vida de Gardel hasta la llegada al éxito