creo en la venganza
No creo en la ley
creo en la lealtad.
No creo en la policía,
creo en los boxeadores.
No me interesa el alimento
me interesa la comida
la gratitud grasienta y salada,
la delicia de la fritanga.
Pero ni la cosecha,
ni el corte
ni el origen
ni mucho menos si la barrica era de roble o aluminio
o si lo hicieron en la cárcel
pudriendo la yerba del mate;
me interesa la graduación alcohólica
y el postgrado que otorge
la ingesta exagerada.
Lo prioritario es que quite el sentido
que ruja en la frente
y que a la mañana
afine todavía
su bramido en la boca
para hablar por teléfono con alguien
sin exponer aliento
sino exponiendo el verso diáfano
sarmientino
de la súper resaca.
No creo en el arte; apenas mencionarlo
es una idiotez.
Sé todo de canciones
creo en ellas
como si fueran
la casa de la infancia
el cuerpo que duerme al lado
la propia dentadura
la saliva
la eclosión de las tripas.
No creo en la justicia.
creo en la lealtad.
No creo en la policía,
creo en los boxeadores.
No me interesa el alimento
me interesa la comida
la gratitud grasienta y salada,
la delicia de la fritanga.
Pero ni la cosecha,
ni el corte
ni el origen
ni mucho menos si la barrica era de roble o aluminio
o si lo hicieron en la cárcel
pudriendo la yerba del mate;
me interesa la graduación alcohólica
y el postgrado que otorge
la ingesta exagerada.
Lo prioritario es que quite el sentido
que ruja en la frente
y que a la mañana
afine todavía
su bramido en la boca
para hablar por teléfono con alguien
sin exponer aliento
sino exponiendo el verso diáfano
sarmientino
de la súper resaca.
No creo en el arte; apenas mencionarlo
es una idiotez.
Sé todo de canciones
creo en ellas
como si fueran
la casa de la infancia
el cuerpo que duerme al lado
la propia dentadura
la saliva
la eclosión de las tripas.
No creo en la justicia.
4 comments:
Sancho, esto es impresionante. Me conmovió realmente, como sólo puede conmover a alguien del mismo credo.
Grandioso.
Siento también influencia de todo lo último y todo lo anterior, desde aquella pelea de Galindez contra Richy Kates hasta los capítulos de Los Sopranos.
Todo enganchó en el anzuelo.
Que bueno Sancho! Un decálogo de verdades subterráneas. Me gustaría resaltar algunas, pero están todas demasiado bien para que queden sin una mención. Muy bueno.
Creo en la poesía,
creo en Los Pescadores.
Sancho, un despelote el poema. Me encantó.
Cofrades, lo que se disfruta en este muelle no tiene ni par, ni non.
Salú cofrades, salú.
Y como dijo Jem en alguna de las de Los Tres Chiflados: "Voy a beber, hasta dejármela colorada".
Cualquier elogio a este poema sabe empalagoso. Me encantó el rescate de la esencia, el cachetazo al palabrerío.
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