I. El Linaje de la Sardina
La Ballena engendró al Cachalote
Cachalote engendró a Ballenato
Ballenato engendró a la Beluga y sus hermanos
la Beluga engendró a Tonina y a Narval
la Tonina engendró al rey Delfín
Delfín engendró, de la pez que fue de Manatí,
al Salmón,
Salmón engendró a Atún
Atún engendró a Bonito
Bonito engendró a Palo
Palo engendró a Raya
Raya engendró a Abadejo y sus hermanos cuando la deportación a la fosa de las Marianas
Después de la deportación a la fosa de las Marianas,
Abadejo engendró a Barracuda
Barracuda engendró a Corvina
Corvina engendró a Dorado
Dorado engendró a Bacalao
Bacalao engendró a Pez Luna
Pez Luna engendró a Tiburón, esposo de Marsopa
de la que nació la Sardina, llamada Pez.
Así que el total de las generaciones son, desde la Ballena hasta Delfín, seis; desde Delfín hasta la deportación a la fosa de las Marianas, seis; desde la deportación a la fosa de las Marianas, hasta Pez, seis.
II. Nacimiento y sacrificio de Cachalote y Ballena
Dijo el Mar a la Ballena: "Yo la escupiré con mi espuma y de ella te daré un hijo. La escupiré y se convertirá en naciones. Reyes de cardúmenes procederán de ella". La Ballena cayó rostró en lecho marino y se echó a reir, diciendo en su interior: "¿a un animal de cien años va a nacerle un hijo? ¿Y Orca, a sus noventa años, va a dar a luz?". Y dijo la Ballena al Mar: "¡Si al menos Rorcual viviera en tu presencia!"
Respondió el Mar: "Sí. Pero Orca tu Pez dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Cachalote. Yo estableceré una alianza con él, una alianza eterna, de ser su Mar y el de su posteridad. En cuanto a Rorcual, también te he escuchado y he aquí que le escupo con mi espuma, le hago fecundo y le haré crecer de sobremanera. Doce príncipes del Mar engendrará y haré de él un gran pueblo. Pero mi alianza la estableceré, con Cachalote, el que Orca dará a luz el año que viene, durante este tiempo". Y después de hablar, bajó el Mar, dejando a la Ballena.
Después de todas estas cosas y muchas más que sucedieron, ocurrió que el Mar tentó a la Ballena y le dijo: "Ballena, Ballena". "Heme aquí" dijo. "Toma a tu hijo, al único, al que amas, a Cachalote, vete al mar de los Sargasos, y ofrécele ahí en sacrificio en una de las mareas, la que yo te diga".
Nadó entonces la Ballena de madrugada. Tomó consigo dos peces y a su hijo Cachalote y se puso en marcha al lugar que le había dicho el Mar. Al tercer día levantó esos ojos tristes, perpetuos de ballena y vio la marea que el Mar le había dicho. Entonces dijo la Ballena a sus peces: "Quedaos aquí. Yo y Cachalote iremos hasta allí, haremos adoración y volveremos donde vosotros."
Fueron la Ballena y Cachalote cuando el hijo preguntó al padre: "Padre... ¿dónde están las algas para el sacrificio?". "El Mar proveerá las algas." respondió la Ballena.
Llegados al lugar que había dicho el Mar, la Ballena construyó allí un altar y luego ató a Cachalote con las algas. Mirándolo a los ojos hizo su mayor esfuerzo, agitó la cola increible, inmensa y con el odio dibujado en su rostro le dijo: "Te traje aquí para matarte, para dejarte encallado, porque te odio. Marea a marea he acumulado este odio con el solo fin de hacerte sufrir, porque sé el entrañable amor que me profesas pero quiero que sepas de mis propias barbas que no eres correspondido, que te niego. Y que rechazo con desdén todo lo que me has dado." Dicho ésto, con la expresión de profundo rencor, le soltó las algas y lo dejó marchar.
Cachalote herido para siempre de tristeza y de crueldad y con el resto del orgullo que le quedaba, se alejó, mascando el plancton de su futuro odio por haber sido despreciado por el único ser a quien había entregado todo su ser.
Al verlo alejarse, la Ballena se permitió llorar. Lo hizo tres días y tres noches, el tiempo suficiente para aceptar delante de sí misma que su crueldad era el único camino, la única posibilidad, la mera chance de evitar la muerte; sacrificio de la ausencia pero no de tristeza y soledad, sabiendo que en algún océano Cachalote estaría viviendo aunque no para la Ballena. Para la Ballena sólo quedaban los recuerdos.
La Ballena respiró por primera vez en tres días y noches. Después de su duelo, se dió vuelta hacia el Mar y agitó la aleta con odio cetáceo. Tanto odio que ningún continente lo contenía y el odio se desbordaba hacia las aguas.
Y desde lo profundo, escuchó al Mar.
Riendo a carcajadas.
Tuesday, June 10, 2008
Desagravio
Publicado por Gilgalad en 6:20 PM
Etiquetas: serie de la sardina
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4 comments:
Querido Galad, el memorioso.
Celebro a la criatura de esta invención.
Texto fundacional, de fauna originaria.
1) Linaje de la sardina.
Podría usted recordarme quién fue el responsable de la deportación a las fosas de las Marianas?
2)Nacimiento y sacrificio de Cahchalote y Ballena.
No hubo cornalito ni almeja que la mar enviara para detener el sacrificio que Ballena, finalmente no cometió.
El odio y la tristeza signaron este episodio generaional.
Pero la mar cura, pero no da respuestas.
Celebro también tamaña referencia genealógica subacuática. Tan merecido desagravio, como el que espera, entre mate y mate, el bueno de Vila.
Jajajajaja...
esta es la resurrección de una vieja serie de poesías mías, que se llama La Serie de la Sardina, y que data de unos diez o doce años atrás.
Las Marianas son el paralelismo de Babilonia y el rey que se rebeló fue Sedecías, quien en el onceavo año de su reinado fue hecho prisionero por Nabucodonosor. Le arrancaron los ojos y lo llevaron encandenado a Babilonia. Murió encerrado.
Con respecto al sacrificio de Ballena... tenés razón... hay un pez espada en teoría que es el ángel del Mar y detiene el sacrificio pero la conclusión está conscientemente alterada debido a que mi necesidad era remarcar que a veces un hombre o una mujer, es capaz de simular la más pérfida de las traiciones a cambio de salvar la vida de la persona que ama.
Así que no hizo falta que el Mar enviara a nadie para detener nada. Después de todo, el Mar sabía lo que la Ballena iba a hacer.
Esto es de ayer pero voy a ir de a poco posteando toda la serie.
Esta locura bíblica sardinesca es fantástica. Tengo que decir que todo hilo narrativo o argumental se me escapa. Me gusta, en cambio, mecerme en el oleaje poético, el la rìtmica amable, en la descabellada nuemeraciòn de ascendencias que combinan como un canto: un rap espiritual. Un "blanco spiritual". Música oceánica. Violín que pasa la rompiente con las palabras adecuadas.
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