Monday, June 09, 2008

Yo vivo en Marbledale Road


una calle larga, industriosa
con bodegas de estoraje
y talleres para autos viejos
donde los Cadillacs estacionados son la ligustrina
y a la noche un reloj con luz blanca atrapa las horas desde una torre

Yo vivo en Marbledale Road
al lado de los camiones que levantan los tachos de basura.
Cuando están apagados cierran los faroles
pero a la madrugada
con los motores en marcha
tienen la fuerza de un boxeador hambriento

Yo vivo en Marbledale Road
que nace en la esquina donde los negros juegan al básquet.
Cuando cruzan la Main Street es cuando salen del gueto
con la voz agitada y los ojos inquietos.
Llevan el paso de una turba celestial
hasta los viejos y las gordas se van acercando

Yo vivo en Marbledale Road
cerca de la iglesia de piedra
que tiene el pasto verde y naranja
y la virgen que se asfixia con un rosario.
Cuando camino pendiente abajo las paredes se hacen más altas
las rocas se juntan debajo del cielo

Yo vivo en Marbledale Road
a la vuelta de Shiloh, la parroquia bautista
donde las señoras llegan con ropas claras
y la cartera apretada entre dos puños salientes.
Durante los funerales se cubren la cara con red de tul
y después se alejan para comer y emborracharse

Yo vivo en Marbledale Road
en la casa de dos puertas
donde los vecinos me esperan tomando cerveza y tequila.
La música es norteña y del televisor
y cada noche se cuentan historias
que se escuchan con la cara hinchada

Yo vivo en Marbledale Road
en el cuarto de atrás
donde hay un libro y un perro y hay luz en la ventana

2 comments:

Gilgalad said...

Maro esto está alucinante. La verdad no tengo palabras, es una pintura increible.

La parte de los negros saliendo del ghetto y de esas fronteras tan citadinas (en este caso la Main St.) que todos los que amamos la vida en la ciudad sabemos que aunque no estén físicamente delimitadas, son tan reales como la zona desmilitarizada entre las dos Coreas.

La verdad te felicito. En este estilo beatnick-rocker-country estás rescatando en una época ausente, parte de lo mejor de norteamérica.

La Fiera said...

Querido pescador de las aguas estridentes del río Hudson,

Qué lindo poder visitar las calles de Jersey con esta poesía. Me las imagino calles grises para cualquier persona, pero no para un pescador, que siempre encuentra el color en las ciudades opacas.

Sabemos bucear en el pavimento y sacar tiburones de las alcantarillas. Por eso somos pescadores.

Salú Maro, y esperemos tenerte pronto en suelo patrio.