Friday, April 04, 2008

El viajero impertinente

Imagino que todos alguna vez han estado metidos hasta las trancas en una situación que cuando no estaban en ella, siempre se felicitaron por verlo como si de una mala película se tratara.

Gracias a mi trabajo, hace unos años me acostumbré a que salir de la cocina de mi casa no era tan peligroso como ser un marinero de Hernán Cortes viendo quemar las carabelas para volver. Tal vez me dí cuenta antes; mi preludio fue un viaje de vacaciones Rumania que por problemas de agenda tuve que ir dos días después que mis amigos. Mis restos de viajes anteriores fueron en un grupo más grande que el ejercito Mongol, para el objeto de la historia no sirven.

Sucedió mucho después cuando comprendí el “comportamiento del turista gallego” que como la Santísima Trinidad es un misterio que existe pero no debemos intentar entenderlo. Lo malo es gracias al segundo algunos van a tener la felicidad eterna y el primero debe ser lo más parecido al infierno, si existe.

No quiero ser lo contrario al chovinismo (que ni siquiera sé cual es la palabra), pero no puedo por mas que lo quisiera, no serlo en este caso. El misterio del “comportamiento del turista gallego” lo sufrí cual aparición diabólica hace unos años en Brasil cuando vinieron cinco compañeros españoles del pequeño banquito alternativo del gran banco rojo.

Fue cuando a la tarde, decidieron ir a un shooping a comprar los regalos a sus hijos, mujeres, amantes o suegras. Iba yo con una compañera argentina. Claro, nosotros con nuestro coche les llevabamos al shooping, porque hay algo que impide que el gaita pueda transportarse fuera de España por su propio pie.

Cuando llegamos les dijimos con la naturalidad de un comportamiento obvio:

- Bueno quedamos todos en este punto dentro de dos horas –

Ilusos nosotros en pensar que para ellos era la mejor opción; en seguida dijeron casi a coro:

- No vamos todos juntos a comprar los regalos.

Además de perder mucho tiempo, esto significaba que el regalo de la madre de uno, un tanga brasileño por decir algo, iba a ser objeto de revisión de todos; que el que pensara regalarle algo a la amante, se tendría que cortar por ser la mujer del otro… o como el mas joven no podía regalarle un bikini a la hija adolescente del director general.

Pero así sucedió, y así lo estoy contando. En un momento dado, se pusieron todos a caminar por el shooping a lo largo del pasillo. Entonces entendí el significado de gallego bruto. Apenas dejaban pasar a la gente, era una escena cómica; parecía los malos de “Solo ante el peligro” para aniquilar a Gary Cooper. Si contamos 5 personas que a lo ancho cada uno puede ocupar un metro aproximadamente y un ínter espaciado de 40 centímetros entre cada uno, estamos hablando que menos mal que pasillo, de ancho al menos tenía los siete necesarios metros (tal vez también estaba preparado para un de argentino engreído, una banda de pagode, o la coronación de la princesa Indú en en procesión de elefantes).

Les digo que me escaqueé (eché bomba de humo en cuanto pude) con cualquier peregrina historía que ni recuerdo (¡claro porque era mentira¡) pero aprendía mucho ese día, y a partir de ahí cual viajero impertinente pongo acentos extraños cuando veo a gallegos aproximarse.


Continuará…

2 comments:

Gilgalad said...

Esto viene sabroso! Maldito "continuará"...

Van correcciones únicamente gramaticales y no de fondo.

"mi preludio fue un viaje de vacaciones Rumania que por problemas de agenda tuve que ir dos días después que mis amigos"

Te faltó el "a" Rumania. Pero además me parece que en lugar de "qué por problemas de agenda", "donde por problemas de agenda tuve que..."


"del pequeño banquito alternativo del gran banco rojo."
Esta frase me hizo reir a carcajadas y me parece mágica directamente. me encantan los juegos de palabras y además banquito alternativo suena a "banco de juguete"

"porque hay algo que impide que el gaita pueda transportarse fuera de España por su propio pie."

Esto tambien es mágico y da para extender y armar una leyenda (algo se huele en lo del misterio de la trinidad). Así que no me lo dejes así, es un párrafo para morirse de risa pero le falta una definición más contudente.

"un tanga brasileño"

cambiar el genero "brasileña" debe ir.

Después nada más. Está muy divertido esto. No nos dejes mucho tiempo en ascuas con tus habituales desapariciones.

La Fiera said...

Pero Nachete, esto que contás tambien nos sucede a nosotros: El turista argentino es un sujeto que deshonra la especie humana.

Acá hay dos teorías posibles:

a)El anonimato del viajante le permite tomarse licencias que de otra forma serían impensadas.

o una más inquietante:

b) durante el viaje aflora la verdadera esencia del sujeto, que permanece reprimida durante el resto del año. Es decir que estaríamos ante verdaderos especímenes subhumanos.

Lamentablemente creo que esta última es la opción correcta.

Muy buen material. Abrazo