Sunday, November 25, 2007

EL ROMPEVIDRIOS

Se encontró con la luz
por primera vez
frotándole los párpados
entre los muslos de una hembra todopoderosa
tumbada en un hospital del conurbano.
Los años lo llevaron,
delicadamente,
a beber otros muslos,
y hacer noche en hospitales
de ciudades insondables;
lo despidieron a patadas
de un barrio obrero de San Miguel,
vomitándolo en una calle de Buenos Aires
donde escuchaba Baker y Gardel
buscando notas huidizas
en un mutilado piano de alquiler.
Nadó canciones por las noches,
las barrenó heroico
hacia playas fúnebres y festivas
de agua, sal y nubes fucsias.
Quiso tocar las teclas en un bar del Village,
cantar por siempre “Waltzing Matilda”
con un Jack haciendo equilibrio entre las rodillas.
Quiso,
pero acabó detrás del mostrador,
sirviendo tragos
mientras escuchaba otras voces
que bramaban su canción
como cuarenta lechones hambrientos
en un estrecho comedero.
Las cartas no eran buenas
y las compañías tampoco:
Mary, Peggy, Betty, Julie,
y una puta que se instaló seis meses en su cuarto de Manhattan
y le devoraba la heladera
sin intenciones de marcharse.
Era mejor estar solo y ser nada más que Johnnie,
un sudaca ilegal compartiendo la mesa
de los que siempre tienen vino y pan
para organizar un lindo quilombito.
Los años lo despreciaron
hasta que decidió conocer La Habana vieja,
el sagrado mar Caribe,
el ron entre las tetas de una hembra de bronce que lo liberaba
y empezaba a condenarlo.

Decidió llevarse La Sopapa
hacia la invisible línea que separa
Finisterre
del hambriento paraíso.

2 comments:

Nachete said...

genial como siempre. POrque fotos de James Dean??

Sancho said...

La estructura poética le sienta muy bien a rompevidrios y explota aun más ciertos goles:
"Nadó canciones por las noches,
las barreno heroico
hacia playas fúnebres y festivas"
decir la canción que acaba en espuma sin decirlo. Muy bueno.
Quero hinchar las pelotas con una cuestión de tipeo: acento en "barrenó"